El Pluralismo, Multiculturalismo, Sincretismo y Norteamérica
Mientras Norteamérica continúa su descenso social, moral y ético en el caos espiritual, es difícil darse cuenta que los primeros 150 años de la civilización norteamericana permanecen siendo un contraste crudo de la cultura actual. La orientación cristiana de este país desde su comienzo es irrefutable, a pesar de los cambios históricos. La transformación extensa de la sociedad y el abandono completo de los principios bíblicos son sorprendentes. Si los Padres Fundadores pudieran resucitar momentáneamente para observar el cambio, no podrían creer la situación. Se sentirían horrorizados, espantados y completamente tristes al notar que Norteamérica está en el camino de la degradación moral—una condición que caracterizaba a Francia en su tiempo.
El pluralismo es la noción que sostiene que todos los sistemas de creencias religiosas y filosofías tienen igual validez. El multiculturalismo es la idea que la cultura norteamericana no ha sido históricamente superior o preferible que cualquier otra cultura en el mundo, y que todas las culturas—a pesar de las creencias y prácticas religiosas, morales, éticas y espirituales básicas—son representaciones igualmente creíbles y viables del comportamiento y la vida adecuada. El multiculturalismo realmente degrada a la civilización norteamericana delante de otras culturas en el mundo, considerándola opresiva, coercitiva y explotadora. Para el multiculturalismo y el pluralismo, la verdad no existe. Ambos sistemas sostienen la noción auto-contradictoria que la verdad es relativa, y que lo correcto e incorrecto depende en la evaluación subjetiva de seres humanos falibles. El panorama políticamente correcto que se ha forjado, declara que cualquier cosa que la gente desee creer es, realmente, correcto y bueno—¡a lo menos para ellos!
Una ilustración del movimiento frenético por distorsionar la verdad y defender la aceptación ilógica de cada creencia o práctica imaginaria es el reciente Congreso de la Fe Internacional en el Centro Pastoral Pablo VI en Fátima, Portugal, lugar de la capilla católica dedicada a “la Bendita Virgen María”. Muchos delegados de diferentes religiones, incluyendo el hinduismo, islamismo, judaísmo, budismo y el paganismo africano, se reunieron en la capilla. El rector de la capilla, Monseñor Luciano Guerra, habló de la necesidad de crear una capilla donde las religiones diferentes se puedan mezclar—un “lugar universal de vocación” (“Fátima…”, 2003). El teólogo jesuita Jacques Dupuis insistió que las religiones del mundo deben unirse: “La religión del futuro será una convergencia general de religiones en un Cristo universal que satisfará a todos” (“Fátima…”). El arzobispo Michael Fitzgerald, Presidente del Concilio Pontificio por el Diálogo Religioso Internacional, habló de la “dimensión religiosa internacional” de la capilla (“Vaticano…”, 2003).
Dupuis argumentó: “Las otras tradiciones religiosas en el mundo son parte del plan de Dios para la humanidad, y el Espíritu opera y existe en el budismo, hinduismo y otros escritos sagrados de fe cristiana y no-cristiana” (“Fátima…”). El Congreso expidió un enunciado oficial que instaba a que todas las religiones se refrenaran de convertir a otras religiones, ya que “ninguna religión puede irradiar a otras o fortalecerse al minimizar a otras. Lo que se necesita es que cada religión trate a las demás en el mismo nivel e igualdad sin complejos de inferioridad o superioridad” (“Fátima…”). Este enunciado enfatiza la idea que se puede lograr la paz entre todas las religiones—si todas admiten que existen contradicciones en sus creencias, y luego se concentran en lo que les unifica en vez de lo que les separa.
La historia se repite una y otra vez. La humanidad rebelde rechaza aprender de los errores del pasado. El sincretismo (la fusión de sistemas diferentes de creencias, a diferencia de permanecer individualmente) plagó a los israelitas durante la mayor parte de la historia del Antiguo Testamento. Ellos no rechazaron a Dios completamente. No se convirtieron en ateos completos (aunque el politeísmo llega a ser lo mismo). En cambio, se dedicaron al sincretismo y, como consecuencia, mezclaron muchos elementos de la religión falsa en sus propias creencias y practicas. Durante las edades oscuras de los jueces, un hombre llamado Micaía fue un ejemplo de la situación espiritual típica de su tiempo. Tenía una casa dedicada a los dioses de las naciones paganas, pero también recurría a un levita con la esperanza de alcanzar el favor del Dios verdadero (Jueces 17:5-13). En la condición del reino del norte de Israel durante el tiempo de la cautividad asiria, ellos “temían a Jehová, y honraban a sus dioses” (2 Reyes 17:33). Para el tiempo de Sofonías, prevalecían las mismas condiciones. Dios pronunció juicio contra Judá con las siguientes palabras: “Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes; y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom” (Sofonías 1:4-5).
Precisamente el mismo mal está afligiendo a Norteamérica. Muchos norteamericanos todavía declaran creer en el Dios de la Biblia (aunque el número está decreciendo año tras año). Sin embargo, muchos—tal vez la mayoría—han aceptado la idea que no debemos ser “juiciosos” o “intolerantes” delante de las creencias de otros. Por ende, nuestra sociedad está transformándose rápidamente en una mezcla extraña de religiones—desde el animismo nativo norteamericano hasta el islamismo, hinduismo y budismo. Lo que es más horrible es la manera en que tantos norteamericanos simplemente han escogido aceptar una mezcla oscura de creencia de la Nueva Era que les permite aceptar la diversidad sin considerar las diferencias específicas de las creencias y prácticas. Para muchos, la ambigüedad espiritual ha llegado a ser la suma y fundamento de la religión.
Es interesante—o trágico—que Israel nació adoptando el monoteísmo en 1500 a.C., pero degeneró hasta adoptar el paganismo, politeísmo y la idolatría. De igual manera, Norteamérica nació adoptando el monoteísmo—el Dios de la Biblia, no a Alá o a los dioses del hinduismo o el budismo. Pero sus ciudadanos ahora se están alejando hasta adoptar el paganismo crudo. Para muchos norteamericanos, los dioses de la sensualidad y la relatividad ética han llegado a ser el enfoque de su atención. La gente sensible ha mirado hacia atrás a través de los siglos y ha reconocido que cualquier país o cultura que adora las cosas físicas, o que atribuye divinidad a cualquiera o cualquier cosa excepto al Dios verdadero, es un país ignorante, supersticioso e inculto. ¿Quién hubiera soñado que Norteamérica se convertiría un día en tal país? Israel regresó al monoteísmo para el tiempo de Cristo—pero solamente después de años de sufrimiento y tribulación como consecuencia de su pecado nacional. ¿Sobrevivirá Norteamérica al movimiento desenfrenado actual que rechaza a Dios? La historia muestra que probablemente no lo hará. Muy probablemente la nación enfrentará castigo severo en una variedad de maneras. Ojalá la mayoría de norteamericanos tomara en cuenta el consejo divino que se dio a Salomón—una receta para la salud y el bienestar nacional: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14).
REFERENCIAS
“Fátima Puede Llegar a Ser Santuario de Fe Internacional” [“Fatima to Become Interfaith Shrine”] (2003), The Portugal News, 1 de noviembre, [En-línea], URL: http://the-news.net/cgi-local/story.pl?title=Fatima to become interfaith shrine &edition=all.
“Vaticano Niega que Fátima Llegará a ser Santuario de Fe Internacional” [“Vatican Denies Fatima Will Become Interfaith Shrine”] (2003), The Portugal News, 29 de noviembre, [En-línea], URL: http://the-news.net/cgi-local/story.pl?title=Vatican denies Fatima will become interfaith shrine&edition=all.
REPRODUCTION & DISCLAIMERS: We are happy to grant permission for this article to be reproduced in part or in its entirety, as long as our stipulations are observed.