El “Pequeño Gran Cañón”
La erupción del Monte St. Helens el 18 de mayo de 1980 fue una de las catástrofes geológicas más vistas de todos los tiempos. Durante la erupción inicial, “el monte liberó la energía equivalente a 20 millones de toneladas de TNT. La energía total que se produjo durante la erupción de nueve horas el 18 de mayo fue equivalente a 440 millones de toneladas de TNT, aproximadamente 30,000 bombas atómicas de Hiroshima” (Morris y Austin, 2003, p. 28). Ciertamente esto se clasificaría como una gran explosión, por no decir más. Pero, aunque esta erupción particular fue grande, no fue tan grande en comparación a otras erupciones volcánicas. Morris y Austin mencionaron que “por ejemplo, la última gran explosión en Yellowstone tuvo más de 2,000 veces el poder explosivo del Monte St. Helens” (p. 12).
Todavía se debe medir la extensión completa de lo que los científicos aprendieron de la erupción de 1980, pero algunos rasgos geológicos que la explosión causó han hecho que los científicos que estudian la Tierra consideren más profundamente sus interpretaciones de los rasgos geológicos actuales. Por ejemplo, por muchas décadas la mayoría de científicos consideró al Gran Cañón como un ejemplo de un rasgo geológico que se formó durante muchos millones de años. Según la mantra popular que “el presente es la clave del pasado”, los geólogos han sugerido que el Río Colorado produjo el cañón lentamente pero constantemente. El sitio Web del Parque Nacional del Gran Cañón dice esto acerca de la formación del cañón: “El Gran Cañón es una rasgo erosional que debe su existencia al Río Colorado. De igual manera son importantes las fuerzas de erosión que han dado forma y continúan dando forma al cañón hoy. Estas fuerzas incluyen el agua en movimiento de las lluvias, la descongelación de nieve y los arroyos afluentes que entran al cañón por toda su longitud” (“Historia Geológica”). No se menciona nada acerca de algún origen catastrófico del cañón.
No obstante, los efectos del Monte St. Helens han puesto en duda la teoría uniformista antigua que sugiere que el Gran Cañón debe haberse producido lentamente durante millones de años. Antes de la erupción, el Lago Spirit (lago cercano al Monte St. Helens) desembocaba en el Río Toutle. Sin embargo, el río alto fue cubierto por 600 pies de escombros de la erupción, lo cual bloqueó el lugar de desagüe usual del lago. Por dos años completos, el Lago Spirit no pudo desembocar en el Río Toutle. Luego, el 19 de marzo de 1982, una pequeña erosión cerca de la cumbre del Monte St. Helens produjo una corriente de lodo de 20 millas de largo. La corriente de lodo se junto detrás de la barrera de escombros, y arrojó lodo que corría furiosamente. La corriente rápidamente produjo un cañón de 140 pies de profundidad. “El cañón que el lodo produjo ha sido llamado “El Pequeño Gran Cañón” porque parece ser un modelo de una cuadragésima parte del Gran Cañón” (Morris y Austin, 2003, pp. 74-75).
Si la erupción del Monte St. Helens pudo dar origen a una situación que formó un cañón de una cuadragésima parte del tamaño del Gran Cañón en solo un día, y si la erupción del Monte St. Helens de ninguna manera es la más grande (considerada pequeña en comparación a la última erupción en Yellowstone que produjo 2,000 veces más el poder explosivo), entonces, ¿qué se pudiera esperar de una catástrofe en que fueron rotas todas “las fuentes del grande abismo” y el mundo entero fue cubierto por agua en el Diluvio de Noé? Ciertamente, la evidencia del Monte St. Helens muestra que es posible que se originen catastróficamente rasgos geológicos como el Gran Cañón. Segunda Pedro 3:5-6 habla de la ideología de aquellos que rechazan reconocer la fuerza geológica del Diluvio: “Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua” (énfasis añadido).
REFERENCIAS
“La Historia Geológica del Gran Cañón” [“The Geological Story of the Grand Canyon”], [En-línea], URL: http://www.grand.canyon.national-park.com/info.htm.
Morris, John y Steven A. Austin (2003), Huellas en las Cenizas: La Historia Explosiva del Monte St. Helens [Footprints in the Ash: The Explosive Story of Mount St. Helens] (Green Forest, AR: Master Books).
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