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El Origen y la Historia del Catolicismo [Parte II]

[NOTA DEL EDITOR: Para leer la primera parte de este artículo, haga clic in Parte I]

EL DESARROLLO DEL CATOLICISMO

Una nueva iglesia había nacido, una iglesia que difería completamente de la iglesia que Cristo estableció. Mientras que la iglesia de Cristo había nacido en Jerusalén (Hechos 1:12; 2:1; etc.), esta iglesia había nacido en Roma. Mientras que la iglesia de Cristo había nacido con poder espiritual (Hechos 2:2-4), esta iglesia había nacido con poder político y militar. Mientras que la iglesia de Cristo había nacido bajo la autoridad de una sola Cabeza divina (Colosenses 1:18), esta iglesia había nacido bajo la autoridad de una cabeza humana—el papa. Esta nueva iglesia pronto invadió la Tierra con sus nuevas doctrinas.

No obstante, una amenaza inesperada para esta clase de cristianismo se acercaba rápidamente del Oriente: el islamismo. Con Mahoma a la cabeza, el islamismo se originó en 622 d.C. y se propagó agresivamente. En menos de 25 años desde el comienzo de la “hégira” (i.e., la huida de Mahoma de la Meca), los seguidores de Mahoma habían tomado control de Egipto, Palestina, Persia y Siria (Mattox, 1961, p. 173). Con su sed de conquista, esta religión amenazaba convertir al mundo entero a sus creencias. Pronto la amenaza al catolicismo se hizo más patente. Muchos católicos en países conquistados se habían convertido al islamismo a causa del temor; el avance de esta doctrina sobre la influencia romana y su religión oficial parecía inevitable. La religión romana, y la unidad del estado que dependía en ella, pronto colapsarían si no se hacía algo con diligencia. Por ende los conflictos entre católicos y musulmanes dieron origen a las infames Cruzadas.

Las Cruzadas (desde 1096 hasta 1270) fueron expediciones militares que comenzaron como un cumplimiento de un “voto solemne” para recuperar los “lugares santos” en Palestina de las manos de los musulmanes. En noviembre de 1095, el Papa Urbano II instigó a las masas a luchar contra los turcos Selyúcidas islámicos que invadieron el Imperio Bizantino y sometieron a griegos, sirios y armenios católicos. Él también quería extender su poder político y religioso. Para incitar a los católicos a tomar parte en una guerra sangrienta en “nombre de Dios”, el papa ofreció perdón de pecados, protección de las tierras que pertenecían a los cruzados y la posibilidad del saqueo (vea Hitchens y Roupp, 2001, p. 186).

Aunque muchos respondieron al llamado a unirse a las Cruzadas, estas no cumplieron el propósito inicial de recuperar las Tierras Santas. Después de muchos años de batallas y vidas perdidas, las Tierras Santas todavía estaban en manos musulmanas. Sin embargo, las Cruzadas mejoraron las relaciones entre naciones católicas y evitaron el avance turco en Europa.

Poco después de las Cruzadas, comenzaron a surgir nuevas ideologías que el catolicismo consideraba herejías. Multitudes de personas, guiadas por líderes religiosos intransigentes, ejecutaban a personas consideradas herejes sin ningún proceso judicial. La necesidad de una regulación judicial en cuanto a la herejía, la preocupación católica en cuanto al crecimiento de nuevas ideologías revolucionarias y el afán de incrementar el poder de la Iglesia Católica dieron origen a una nueva ola sangrienta conocida paradójicamente en la historia como la “Santa” Inquisición.

La Inquisición es descrita generalmente como la institución judicial creada en la Edad Media para procesar a los enemigos de la religión del estado (i.e., catolicismo). Existieron tres tipos de inquisiciones.

  1. La Inquisición Episcopal fue establecida por el Papa Lucio III en 1184. Fue supervisada y administrada por los obispos locales. Una vez fijada la doctrina ortodoxa, el obispo de la diócesis respectiva comenzaba a investigar y estudiar las desviaciones doctrinales. Si se confirmaba el “crimen”, entonces el hereje era castigado, principalmente con penitencias canónicas (vea Chami, 1999a).
  2. La Inquisición Pontificia fue creada por el Papa Gregorio IX en 1231 (vea Schmandt, 1988, 10:277). Fue encargada a la orden dominica que estaba sujeta solamente al pontífice. Se introdujo en Francia en 1233, en Aragón en 1238 y en Italia en 1254 (Mattox, 1961, pp. 214-215). En esta clase de organización, los inquisidores llegaban al lugar de la supuesta herejía y, con la ayuda de las autoridades, pedían que los herejes se presentaran voluntariamente. También se incitaba al público a reportar a los herejes; cualquier individuo podía acusar a otro de herejía. Se forzaba al acusado a confesar su “herejía” sin oportunidad a confrontar a sus acusadores o defenderse. Al “hereje” que rechazaba aceptar los cargos en su contra le esperaba un largo periodo de aprisionamiento. Varias sesiones de tortura interrumpían su aprisionamiento hasta que confesara su “herejía”. Si no lo hacía, se le ponía a disposición de las autoridades civiles que administraban la pena de muerte al “hereje obstinado”.
  3. La Inquisición Española es considerada la inquisición más espantosa. Comenzó en 1478 con la aprobación del Papa Sixto IV, y duró hasta 1834 (vea “Inquisición”, 1997, 6:328). Este tribunal se diferenciaba de la Inquisición Pontificia porque el inquisidor era nombrado por el rey en vez del papa, así que el inquisidor se convertía en servidor del estado en vez de la iglesia (vea Chami, 1999b). Algunas de las razones principales de esta inquisición fueron:

    • El “peligro” judío—En los siglos XIV y XV, Europa fue azotada por graves crisis económicas. Muchas plagas y epidemias contribuyeron a esta situación. A causa de sus prácticas estrictas de higiene, los judíos en Europa sobrevivieron a estas epidemias y plagas. Mientras que los europeos caían en desesperación y pobreza, los judíos mantenían su estatus económico. Esta situación produjo muchas protestas en contra de los judíos y alimentó la avaricia política y religiosa por confiscar las riquezas judías. Forzados a renunciar a sus actividades económicas, y presionados por sacerdotes fanáticos, muchos judíos se convirtieron a la religión católica a comienzos del siglo XV. Muchos católicos comenzaron a tener celos del progreso financiero y la posición social continua de estos judíos, y les acusaron de haberse convertido falsamente (vea Domínguez, s.d.).
    • La necesidad de unidad en el reino—España estaba unida políticamente bajo los “Reyes Católicos”, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, pero todavía quedaban muchas ideologías religiosas distintas en el país. Con el deseo de unificar a su país religiosamente, los reyes pidieron permiso al papa para “purificar” su reino de las ideologías no-católicas por medio de la Inquisición (vea Chami, 1999b).

Estas fueron algunas razones para la cruel Inquisición Española. Con el paso del tiempo, este tribunal cruel se dedicó a perseguir a los musulmanes, las supuestas brujas y a los defensores del protestantismo.

Aunque las inquisiciones anteriores fueron crueles, la Inquisición Española fue creada para aterrar incluso al criminal más vil. Sus instrumentos de tortura fueron más innovadores e inhumanos que los de los tribunales anteriores. Los métodos de tortura incluían, aunque no estaban limitados a (1) la dislocación de las coyunturas del cuerpo; (2) la mutilación de las cavidades interiores vaginales, anales y orales; (3) el arrancamiento de lenguas, pezones, orejas, narices, genitales e intestinos; (4) el quebramiento de los huesos de las piernas, brazos, dedos de la mano y del pie; (5) el aplastamiento de nudillos, uñas y cabezas; (6) la partición de cuerpos a la mitad por la sierra; (7) la perforación de la piel y huesos; (8) el desgarramiento de la piel del rostro, abdomen, espalda, extremidades y senos; y (9) el estiramiento de las extremidades del cuerpo (vea Rodriguez, 2007).

Aunque el catolicismo trate de negar su pasado, la historia muestra claramente las atrocidades que se cometieron en el nombre de la fe católica. El catolicismo puede tratar de esconderse detrás de las injusticias cometidas por otros religiosos para cubrir su propia vergüenza, pero la verdad es que la metodología católica fue la inspiración para el lienzo cruento de otros “artistas” religiosos. No existe duda que las Cruzadas e Inquisiciones cumplieron un rol crucial en el desarrollo y crecimiento de la Iglesia Católica en un mundo que no quería conformarse a esa clase de religión.

EL CATOLICISMO EN TIEMPOS RECIENTES

En el pasado, la Iglesia Católica usó métodos violentos para destruir la oposición a sus enseñanzas y prácticas. Hoy, sin la tortura, los tribunales y la matanza, el catolicismo parece pasivo delante del crecimiento de otras religiones.

El comienzo del siglo XVI alimentó el fuego de la Inquisición. Noventa y cinco razones para esto fueron clavadas en la puerta de la Iglesia Católica de Wittenberg, Alemania. ¿Quién fue el responsable? Un hombre: Martín Lutero. Aunque algunos hombres antes de él habían intentado desatar la Reforma (e.g., John Wycliffe, John Hus, et.al.), el movimiento de la Reforma no fue exitosamente posible sino hasta Lutero.

Martín Lutero nació en Eisleben, Saxony, Alemania en 1483. Fue hijo de un minero pobre, y pagó sus estudios en la Universidad de Erfurt con limosnas que recaudaba. En 1505, llegó a estar más interesado en la salvación de su alma y la búsqueda de paz espiritual que en el estudio de la ley. Entró al convento agustiniano en Erfurt donde se convirtió en un monje devoto, pero espiritualmente afligido. En 1508, Lutero llegó a la conclusión que algunas enseñanzas y la organización de la Iglesia Católica diferían completamente de las del Nuevo Testamento. La inmoralidad del clérigo en Roma, la irreverencia ante los sacramentos que sus mismos defensores mostraban y la avaricia de aquellos que recaudaban indulgencias e imponían otras penalidades fijó a Martín Lutero en un rumbo de colisión con la religión católica. En 1517, sus 95 tesis conmocionaron el mundo católico tanto que, para 1520, el papa expidió una bula que demandaba a Lutero a retractarse de sus enseñanzas o ser excomulgado. Sin embargo, él no sucumbió a esta amenaza, y continuó esparciendo sus enseñanzas (vea Mattox 1961, pp. 243-261; Pelikan, 1988, 12:531-533). Otros, tales como Huldreich Zwingli (1484-1531) en Suiza y Juan Calvino (1509-1564) en Francia y Ginebra, Suiza, también contribuyeron grandemente a la Reforma y el desarrollo de las religiones protestantes.

Varias condiciones favorecieron el progreso de la Reforma en el siglo XVI. (1) El Renacimiento—Este movimiento cultural estimuló la libertad intelectual y promovió el estudio de las Escrituras en Europa. Mucha gente comenzó a darse cuenta de las diferencias entre el catolicismo y el cristianismo del Nuevo Testamento. (2) La corrupción de la jerarquía en la Iglesia Católica—El dinero compraba el derecho y los privilegios, y la inmoralidad reinaba el día, incluso entre el clérigo católico. La inconsistencia entre la fe y la práctica llegó a ser más notoria. (3) El apoyo de los soberanos seculares en oposición a la jerarquía católica—Para este tiempo, la Iglesia Católica poseía un tercio de la tierra de Europa Occidental. Los gobernantes estaban ansiosos de poseer este territorio, como también otras propiedades que la iglesia había tomado. (4) El uso de la imprenta—Lutero y otros usaron la imprenta para esparcir sus ideas y las Escrituras a través de Alemania y otros países (vea Mattox, 1961, pp. 239-246). Para 1542, el protestantismo se estaba extendiendo a muchos lugares e incluso estaba penetrando en Italia con sus doctrinas. A causa del temor de esta nueva rebelión ideológica, el Papa Pablo III instigó al público y a los líderes de la iglesia a regresar a los niveles crueles de la Inquisición. A pesar de esto, el protestantismo floreció.

La Iglesia Católica había encontrado a un gran enemigo que no parecía tener la mínima intención de ceder. No obstante, el “Santo Oficio” de la Inquisición continuó funcionando durante los siglos siguientes y se extendió a las colonias que España conquistó en el Nuevo Mundo. El tribunal de la Inquisición tenía jurisdicción sobre otros tribunales organizados en las colonias hispanoamericanas. En estas colonias, la Inquisición no alcanzó el mismo nivel de infamia que en Europa ya que los nativos estaban comenzando a aprender la religión católica y todavía no entendían cada dogma católico. Pero la ínfima muestra de “amabilidad” en los países conquistados no pudo evitar borrar la crueldad inherente del “santo” tribunal.

En 1808, José Bonaparte (hermano de Napoleón) firmó un decreto suprimiendo el “Santo Oficio”, pero fue en 1834 que se promulgó el edicto definitivo de su abolición (vea O’Malley, 2001; “Inquisición”, 1997, 6:328). Estando su brazo político, militar y social quebrantado, lo único que le quedó a la Iglesia Católica fue “unirse a la corriente” y aceptar lo que parecía ser el fin de su dictadura.

En crudo contraste a su pasado, la Iglesia Católica ha llegado a tolerar cada vez más a otras religiones a pesar de su oposición verbal y pública. Esta tolerancia ha guiado a una mezcla de catolicismo con religiones evangélicas, tales como el luteranismo, pentecostalismo, etc., causando repercusiones serias en el mundo católico. Esta situación claramente muestra que esta clase de religión no se basa en la Biblia, sino en las preferencias religiosas. Nadie puede decir con seguridad lo que la Iglesia Católica será o aceptará en el futuro, pero la historia narra vívidamente sus creencias y prácticas pasadas.

REFERENCIAS

Chami, Pablo A. (1999a), “Origen de la Inquisición”, [En-línea], URL: http://www.pachami.com/Inquisicion/Origen.html.

Chami, Pablo A. (1999b), “La Inquisición en España”, [En-línea], URL: http://pachami.com/Inquisicion/Espa.htm.

Domínguez, Antonio O. (sine data), “El Problema Judío”, [En-línea], URL: http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/inquisicion/problemaj udio.htm.

Hitchens, Marilynn y Heidi Roupp (2001), Cómo Prepararse para el SAT: Historia Mundial [How to Prepare for SAT: World History] (Hauppauge, NY: Barron’s Educational Series).

“Inquisición” [“Inquisition”] (1997), La Nueva Enciclopedia Británica [The New Encyclopædia Britannica] (Londres: Encyclopædia Britannica).

Mattox, F.W. (1961), El Reino Eterno [The Eternal Kingdom] (Delight, AR: Gospel Light).

O’Malley, John W (2001), “Inquisition” [“Inquisition”] Enciclopedia Encarta 2002 [Encarta Encyclopedia 2002] (Redmond, WA: Microsoft Corporation).

Pelikan, Jaroslav (1988), “Lutero, Martín” [“Luther, Martin”], La Enciclopedia del Libro Mundial [The World Book Encyclopedia] (Chicago, IL: World Book).

Rodriguez, Ana (2007), “Inquisición: Instrumentos de Tortura, ‘Sacudida Cultural’ para el Espectador”, La Jornada, 9 de marzo, [En-línea], URL: http://www.jornada.unam.mx/2007/01/09/index.php?section=cultura& article=a04n1cul.

Schmandt, Raymond H. (1988), La Enciclopedia del Libro Mundial [The World Book Encyclopedia] (Chicago, IL: World Book).


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