El Escéptico y el Antiguo Testamento
Hoy es una táctica común entre escépticos señalar ciertos versículos en la Biblia, y luego demandar que tales versículos se contradicen. Por muchos años, Dan Barker, un predicador denominacional que se volvió ateo, insistió que la Biblia contiene cientos de contradicciones. Como prueba de esta aseveración, presentó una lista de estas supuestas contradicciones en el capítulo 23 de su obra famosa, Perdiendo Fe en la Fe. Al mirar brevemente la lista, el lector puede tener un enfoque profundo de las muchas deficiencias en cuanto a estas supuestas contradicciones. Una de estas deficiencias evidentes es el fracaso de no entender que las leyes del Antiguo Testamento ya no rigen hoy a los hombres a menos que se reiteren en la nueva ley de Cristo (i.e., el Nuevo Testamento).
Por ejemplo, en la página 166, Barker planteó la pregunta, “¿Deberíamos guardar el día de reposo?”. Él luego citó Éxodo 20:8 (entre otros pasajes): “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Al suponer una contradicción para este versículo, citó Colosenses 2:16: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo”. Según la lógica de Barker, la Biblia dice en un lugar que la gente debería guardar el día reposo, pero en otro lugar dice que no es necesario guardar el día de reposo; por ende, la Biblia se contradice.
No obstante, es fácil ver que Barker no reconoce uno de los temas centrales del Nuevo Testamento: La antigua ley (el Antiguo Testamento) fue específicamente para la nación judía; fue abolida con la muerte de Cristo, y la nueva ley (el Nuevo Testamento) la reemplazó. Los libros del Nuevo Testamento, tales como Hebreos y Gálatas, se escribieron específicamente para confirmar este mismo hecho. Hebreos 8:13 explica que las leyes del Antiguo Testamento habían llegado a ser obsoletas para el tiempo que se escribió el libro de Hebreos. Si Dan Barker hubiera leído solamente algunos versículos antes de Colosenses 2:16, hubiera descubierto el hecho que el Antiguo Testamento había sido “clavado” en la cruz (2:14). Efesios 2:14-17 explica que en Su muerte, Jesucristo abolió la antigua ley y trajo una nueva ley. Bajo esa nueva ley, ya no se requiere que la gente guarde el día de reposo, ofrezca toros o machos cabríos para los sacrificios por el pecado, o haga viajes anuales al templo.
Cualquier persona que acusa a la Biblia de contradecirse en este caso (y otros similares) es culpable de malentender dos temas principales: (1) la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento en la Biblia; y (2) la ley de la contradicción. La ley de la contradicción declara que dos enunciados opuestos no pueden ser verdaderos y falsos a la vez en el mismo respecto en el mismo tiempo. Dan Barker no toma en cuenta que los enunciados se escribieron con algo de 1,500 años de separación, que la antigua ley fue abolida y que la nueva ley no contiene mandamiento a guardar el día de reposo.
Si una persona hace esta acusación obviamente equivocada, entonces una de estas cosas es verdadera: (1) tal persona ha estudiado la Biblia muy poco; (2) ha entendido mal muchas porciones grandes del Nuevo Testamento; o (3) ha despistado intencionalmente a sus lectores, aun sabiendo que no se había violado la ley de la contradicción. ¿Cuál de las situaciones anteriores se aplica a la discusión actual? Yo no lo sé. Pero es muy evidente que no existe contradicción bíblica legítima.
REFERENCIAS
Barker, Dan (1992), Perdiendo Fe en la Fe—De Predicador a Ateo [Losing Faith in Faith—From Preacher to Atheist] (Madison, WI: Freedom from Religion Foundation).
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