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El Diluvio y la Autoría Mosaica

En una edición especial de colección de 2004 de la revista U.S. News and World Report concerniente a los “Misterios de la Biblia”, la escritora independiente Michelle Andrews escribió un artículo titulado “¿Autor, Autor?”, en el cual intentó iluminar a sus lectores sobre quién no escribió el Pentateuco. Para los que están familiarizados con la Hipótesis Documentaria (la teoría que declara que Moisés no escribió los libros de Génesis a Deuteronomio, sino que múltiples autores lo hicieron siglos después), el material de Andrews no es nada nuevo. Como ella señaló correctamente, varios críticos de la Biblia y “eruditos” han enseñado activamente la teoría (que ella sostiene) por más de 150 años. Parece que su propósito fue simplemente asegurarse que se educara a los lectores de la U.S. News sobre este asunto. Aparentemente, no podemos tener norteamericanos en el siglo XXI que todavía piensen que el Pentateuco fue escrito por un hombre llamado Moisés en 1500 a.C. (independientemente de lo que Jesús enseñó; vea Juan 5:46-47).

¿Qué evidencia convincente citó la Sra. Andrews como prueba que muchos autores escribieron estos libros cientos o tal vez mil años después que Moisés vivió? Su “prueba” más grande, y la “evidencia” que ella ha investigado más tiempo, es el hecho que… “hay dos versiones de la historia de Noé y el diluvio” (2004a, p. 28). Supuestamente,

En una versión, Dios dice a Noé que traiga siete parejas de animales limpios (es decir, apropiados para el sacrificio) y una pareja de animales impuros, mientras en la otra versión le dice que traiga solo una pareja de cada tipo de animal.

En una historia, Noé libera un cuervo en busca de tierra; en la otra historia, libera una paloma. El diluvio dura 40 días y 40 noches en una versión, pero 370 días y noches en la otra. Las dos versiones se entrelazan ingeniosamente en Génesis para que parezcan una historia, aunque tienen algunas contradicciones (pp. 28-29).

Tristemente, muchos norteamericanos abren revistas principales seculares tales como Time, Newsweek y U.S. News and World Report para realizar sus “devocionales diarias” en vez de la Biblia, donde ellos pudieran leer el mensaje real y no-adulterado de Dios (cf. 2 Timoteo 3:16-17). El hecho es que Michelle Andrews interpretó erróneamente la Palabra de Dios (lo cual no es nada nuevo en revistas anti-cristianas en el siglo XXI en Norteamérica). En los tres ejemplos que ella citó de Génesis 6-8 concerniente al Diluvio de Noé, Andrews no se dio cuenta que el suplemento es una explicación aceptable y razonable para los supuestos problemas y contradicciones que ella supone que existen.

Primero, los enunciados concernientes a la cantidad de animales que se introdujeron al arca no son contradictorios ni son prueba que dos o más escritores escribieron el libro de Génesis. No existe razón para pensar que Dios no pudo haber dicho a Noé que introdujera dos de cada especie animal en el arca (Génesis 6:19-20) y luego suplementara este mandamiento solo cuatro versículos después al decirle que introdujera siete parejas de todo animal limpio (Génesis 7:2-3). Si un granjero dijera a su hijo que ponga dos animales de cada clase en su granja para la feria del estado, y luego le instruyera que ponga varios pollos adicionales y dos cerdos adicionales para la barbacoa, ¿acusaría alguien al granjero de contradecirse? ¡Ciertamente no! En el libro de Génesis, Dios simplemente suplementó Su instrucción original, informando a Noé en una manera más detallada que tomara más animales limpios. Fue necesario que Noé tomara animales limpios adicionales porque, a su salida del arca después del Diluvio, “edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar” (Génesis 8:20, énfasis añadido). Si Noé hubiera tomado solamente dos animales limpios de los cuales podía escoger cuando sacrificara a Dios después de salir del arca, entonces hubiera ocasionado que las varias especies de bestias y aves se extinguieran al sacrificar una de las parejas. Por ende, después que Dios dijo a Noé que introdujera dos animales de cada especie en el arca, le instruyó que incluyera animales limpios adicionales. Así como Génesis 2 suplementa a Génesis 1 al dar un relato más detallado de la Creación, la primera parte de Génesis 7 solamente suplementa el final del capítulo precedente, lo cual “contiene varios detalles de una descripción minuciosa que no se incluyeron en las direcciones generales que se dio primeramente a Noé” (Jamieson, et.al., 1997).

El segundo criticismo de Michelle Andrews del relato del Diluvio concerniente a si Noé envió un cuervo o una paloma fuera del arca, se responde muy fácilmente como el supuesto problema anterior. Este ejemplo no es prueba de que dos autores escribieron el relato, ni tampoco prueba una contradicción. En cambio, Noé hizo lo que el texto dijo que hizo: envió un cuervo, primero (Génesis 8:7), y luego, en tres ocasiones diferentes, envió una paloma (Génesis 8:8-12).

La última supuesta prueba de Andrews que el Diluvio es realmente “dos versiones [que] se entrelazan ingeniosamente en Génesis para que parezcan una historia, aunque tienen algunas contradicciones” (pp. 28-29) se centra en la duración del Diluvio. Supuestamente, “[e]l diluvio dura 40 días y 40 noches en una versión, pero 370 días y noches en la otra” (p. 28). ¿Cuál es la respuesta? La explicación básica para este supuesto enigma, el cual Andrews tiene el atrevimiento de presentar a sus lectores sin decirles la historia verdadera, es que Dios hizo “llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches” (Génesis 7:4, énfasis añadido), pero la tierra todavía estaba cubierta con agua, y no se le permitió a Noé salir del arca por otros 331 días (Génesis 7:24; 8:5-16). Existe una diferencia entre cuánto tiempo llovió sobre la Tierra y cuánto tiempo las aguas realmente permanecieron sobre la Tierra.

Es triste que los escritores como Michelle Andrews estén más interesados en propagar una teoría antigua y agotada (usando enunciados falsos y engaños) que lo que estén en cuanto a presentar honestamente las verdades de la Biblia. Parece que no se puede considerar a una persona como “erudito de la Biblia” en el siglo XXI a menos que esté dispuesta a tergiversar las Escrituras para que digan, no lo obvio, sino lo ridículo. Incluso mi hijo de cuatro años puede entender la diferencia entre el hecho que llovió en la Tierra por cuarenta días y el hecho que las aguas del Diluvio permanecieron en la Tierra por mucho más tiempo. La gente como Michelle Andrews, una escritora independiente que se especializa en cuidado de salud, debería permanecer escribiendo cosas acerca de ejercicios saludables (s.d.) y comidas saludables (2004b), y dejar a la Biblia en paz—a lo menos hasta que esté dispuesta a leerla con una mente abierta.

REFERENCIAS

Andrews, Michelle (sine data), “The Secret to Great Arms”, [En-línea], URL: http://www.lifetimetv.com/reallife/df/features/arms.html.

Andrews, Michelle (2004a), “Author, Author?” U.S. News & World Report—Edición Especial de Colección, publicada en el otoño de 2004.

Andrews, Michelle (2004b), “Staking Out Safe Entrees”, U.S. News & World Report, 2 de febrero.

Jamieson, Robert, et al. (1997), Jamieson, Fausset, Brown Bible Commentary (Electronic Database: Biblesoft).


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