El Dedo de Dios
Los escépticos han calumniado a la Biblia a causa de sus alusiones a las partes del cuerpo de Dios. Por ejemplo, la Biblia habla del brazo de Dios (Job 40:9), la mano de Dios (Job 19:21), el rostro de Dios (Job 13:24), los ojos de Dios (Deuteronomio 11:12), los oídos de Dios (Salmos 130:2), la boca de Dios (Deuteronomio 8:3), la voz de Dios (Job 40:9) e incluso el “dedo de Dios” (Éxodo 31:18). Los estudiantes diligentes de la Biblia saben que todas estas referencias son simplemente lenguaje adaptado—antropomorfismos (características del hombre)—en el cual las Escrituras proveen a los humanos un punto de referencia para narrar la actividad de Dios. La Biblia claramente enseña que Dios es espíritu—no físico (Juan 4:24). Él no posee masa física. Jesús mismo declaró, “un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24:39; cf. 1 Corintios 15:50). Es difícil que los humanos conceptualicen un Ser infinito y eterno que no está compuesto de materia física, ya que los humanos están sujetos al espacio y al tiempo, y experimentan su existencia en un entorno que es predominantemente material. Sin embargo, aunque tengamos dificultad en entender completamente la naturaleza de un Ser no-físico, el concepto no es auto-contradictorio ni incoherente.
Por ejemplo, cuando Moisés y Aarón desataron las plagas por el poder de Dios sobre Faraón y la población egipcia, los hechiceros de Faraón concluyeron: “Dedo de Dios es éste” (Éxodo 8:19). Ellos simplemente quisieron decir que la plaga era obra de Dios—que la aflicción era el resultado del poder de Dios. De igual manera, la Biblia declara que los Diez Mandamientos originales que Dios dio a Moisés en dos tablas de piedra fueron “escritas con el dedo de Dios” (Éxodo 31:18; cf. Deuteronomio 9:10). En otras palabras, Dios los escribió y los colocó sobrenaturalmente en piedra. Otro ejemplo de este tipo de lenguaje figurado se ve en la declaración del salmista concerniente a la actividad creativa de Dios: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmos 8:3,4, énfasis añadido). Obviamente, Dios no tiene dedos de carne, ni tampoco sería necesario que los usara si los tendría. Siendo la Única Mente Suprema, Él puede crear ex nihilo (de la nada) lo que quiera al simplemente desear su existencia.
Esta misma figura de expresión se ve también en el Nuevo Testamento. Jesús declaró: “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Lucas 11:20, énfasis añadido). Él simplemente quiso decir que Sus acciones venían de Dios. Observe la expresión alternativa de un pasaje paralelo donde, en lugar de “el dedo de Dios”, él texto menciona “el Espíritu de Dios”: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mateo 12:28). Es evidente que “dedo” simplemente hace referencia a la deidad (sea al Padre, Hijo o Espíritu Santo) manifestando Su presencia y poder en un medio continuo de tiempo-espacio.
Los eruditos que han dedicado sus vidas a estudiar los idiomas muertos, descubrir sus complejidades lingüísticas, sus características figurativas y expresiones idiomáticas, hace mucho tiempo han aceptado esta figura particular. Por ejemplo, E.W. Bullinger, quien publicó un gran volumen en el siglo diecinueve titulado Figures of Speech Used in the Bible (Figuras de Expresión Usadas en la Biblia) [1898], calificó a este atributo lingüístico como “antropopatismo” o “condescendencia”, lo cual definió como “la atribución de pasiones, acciones o atributos humanos a Dios” (p. 871). Él dedicó varias páginas a la ilustración de esta figura de lenguaje (pp. 871-897). En sus comentarios específicos sobre el “dedo” de Dios, escribió: “Se atribuye un dedo a Dios para denotar la ejecución de Su poder formativo y el acto directo e inmediato de Dios” (p. 881). John Haley, quien en 1874 produjo el libro de referencia respetado y meticuloso Alleged Discrepancies of the Bible (Supuestas Discrepancias Bíblicas), defendió la “inmaterialidad” de Dios sobre el hecho que todos esos pasajes antropomórficos “son simplemente figuras enfáticas y exageraciones sorprendentes que los orientales acostumbran usar” (p. 63). Él identificó la expresión “dedo de Dios” como haciendo referencia a la “asistencia directa” de Dios.
La Biblia ha sido el blanco de muchos ataques de escépticos por más de 2,000 años. Indudablemente esto continuará siendo así. Ningún otro libro en toda la historia humana ha sido objeto de tal análisis continuo, frenético y antagónico. Para el investigador honesto e imparcial, los atributos sobrenaturales de la Biblia continúan validando su autenticidad.
REFERENCIAS
Bullinger, E.W. (1898), Figures of Speech Used in the Bible (Grand Rapids, MI: Baker, 1968 reprint).
Haley, John W. (1977 reimpresión), Alleged Discrepancies of the Bible (Grand Rapids, MI: Baker).
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