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El Corán y la Trinidad

Cuando se lee el Corán, a menudo se lleva la sorpresa que el Alá del Corán se comporta muy diferente al Dios de la Biblia. Desde luego, “Alá” simplemente es la palabra árabe para “Dios”, así como su término hebreo equivalente en el Antiguo Testamento, elohim—un término general para la deidad que los judíos usaron para hacer referencia al Dios verdadero y a los dioses falsos de sus vecinos paganos (e.g., Génesis 35:2; Deuteronomio 29:18; Daniel 3:25). Así que el término “Dios” en cualquier lenguaje (castellano, árabe o hebreo) es un término genérico que hace referencia a la deidad. Los musulmanes afirman que el Alá que ellos adoran es el mismo Dios que Abraham y los judíos adoraron. Sin embargo, es posible que alguien afirme seguir al Dios de la Biblia pero que le transforme a tal punto de cesar de ser el Ser que las páginas de la Biblia describe. El significado y la identidad que cada cultura o religión asigna a la palabra pueden cambiar radicalmente.

Muchos autores cristianos modernos hacen lo mismo cuando afirman escribir acerca del Jesús del Nuevo Testamento. Ellos distorsionan a Jesús, transformando y recreando al Jesús de la Biblia hasta convertirle en un ser diferente al descrito en las páginas del Nuevo Testamento—alguien que no está interesado en la obediencia y cuya gracia perdona casi a cualquiera incondicionalmente (e.g., Lucado, 1996). Pero ese no es el Jesús del Nuevo Testamento. Ellos han tergiversado la persona, naturaleza y conducta de Jesús tanto que sus escritos describen a un Jesús totalmente diferente.

En manera similar, el Corán registra que Alá dice y hace cosas que el Dios de la Biblia simplemente no haría o diría. Se atribuyen acciones y actitudes a Alá que contradicen rotundamente el carácter del Dios de la Biblia. Aunque los musulmanes afirman que Alá es el mismo Dios que el Dios del Antiguo Testamento, el Corán redefina lo suficiente la deidad de Dios, transformándole en un ser diferente al Dios de la Biblia. La doctrina bíblica de la Trinidad evidencia particularmente este contraste marcado.

La Biblia representa a la deidad como singular, i.e., existe una esencia o Ser divino (Deuteronomio 6:4; Isaías 45:5; 1 Corintios 8:6; 1 Timoteo 2:5; Santiago 2:19). No obstante, también representa a Dios como un Ser trino—tres personas distintas en la esencia singular—con una naturaleza trina. Por ejemplo, durante la semana de la Creación, Dios declaró: “Hagamos…” (Génesis 1:26, énfasis añadido). En el bautismo de Jesús, el Padre habló audiblemente del cielo, y el Espíritu Santo descendió sobre Jesús (Mateo 3:16-17). Se señala varias veces a los Tres juntos (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14). Cada persona de la Deidad es completamente Dios y completamente divino. A menudo se hace referencia a Jesús como Dios (Mateo 1:22-23; Juan 1:1-3,14; 8:58; 20:28; Miqueas 5:2). El Espíritu Santo también es divino (Juan 14:26; 15:26; Romanos 15:19; 1 Corintios 2:10-11; Efesios 4:4; Hebreos 9:14).

A diferencia de la descripción bíblica, el Corán se desvía para denunciar la noción de la Trinidad:

¡Gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él! ¡Creed, pues, en Alá y en Sus enviados! ¡No digáis “Tres”! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Alá es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él tener un hijo…Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra… ¡Alá basta como protector! El Ungido no tendrá a menos ser siervo de Alá, ni tampoco los ángeles allegados. A todos aquéllos que tengan a menos servirle y hayan sido altivos les congregará hacia Sí (Sura 4:171-172, énfasis añadido).

No creen, en realidad, quienes dicen: «Alá es el Ungido, hijo de María», siendo así que el mismo Ungido ha dicho: «¡Hijos de Israel, servid a Alá, mi Señor y Señor vuestro!». Alá veda el Jardín a quien asocia a Alá. Su morada será el Fuego. Los impíos no tendrán quien les auxilie. No creen, en realidad, quienes dicen: «Alá es el tercero de tres». No hay ningún otro dios que Dios Uno y, si no paran de decir eso, un castigo doloroso alcanzará a quienes de ellos no crean. ¿No se volverán a Alá pidiéndole, perdón? Alá es indulgente, misericordioso (Sura 5:72-74, énfasis añadido).

Ciertamente los cristianos deben estar pasmados al leer estas denuncias directas a aquellos que creen en la Deidad que la Biblia describe. El Corán afirma en términos claros que los que creen en la Trinidad serán excluidos del paraíso y experimentarán un “castigo doloroso” en el fuego del infierno.

En cuanto a la tercera persona de la Deidad, los musulmanes insisten que el Corán no habla nada del Espíritu Santo; en las palabras de Pickthall, todas las referencias aparentes simplemente son “un término para el ángel de la Revelación, Gabriel (a quien sea la paz)” (Pickthall, p. 40). Así que el Corán niega la personalidad del Espíritu Santo, reconoce la existencia de Jesús, pero niega Su divinidad, e insiste que la personalidad de Alá es singular. El Corán y la Biblia se contradicen seriamente en cuanto a la doctrina de la Trinidad.

REFERENCIAS

Lucado, Max (1996), En el Dominio de la Gracia [In the Grip of Grace] (Dallas, TX: Word).

Pickthall, Mohammed M. (sine data), El Signficado del Glorioso Corán [The Meaning of the Glorious Koran] (Nueva York: Mentor).


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