Efectos Culturales en la Religión en Norteamérica
P.
¿Qué efecto está teniendo la cultura en la religión en Norteamérica?
R.
En medio de la polémica acalorada y el debate apasionado, la Iglesia Episcopal se reunió en Columbus, Ohio para considerar, entre otras cosas, si la organización debería prohibir que los homosexuales y lesbianas sean obispos. Los reportes concernientes a la Convención Episcopal General incluyeron las creencias de Katharine Schori, primera obispo en la historia de esta denominación, acerca de la homosexualidad. Ella dijo: “Estoy completamente comprometida con la inclusión de los cristianos homosexuales y lesbianas en esta iglesia” (Clark, 2006). Irónicamente, los obispos anglicanos asiáticos y africanos están muy horrorizados con la postura de sus colegas americanos tanto que han clamado: “¿No creen en la Biblia que nos entregaron?”.
Con tales sentimientos expresados por uno de los líderes del grupo, no es sorprendente que la denominación no aprobara la medida que prohibía que los homosexuales sean obispos. Sin embargo, establecieron un “casi-cambio” a la no-prohibición y sugirieron que las iglesias deberían “‘ejercer limitaciones’ al seleccionar abiertamente obispos homosexuales” (Clark, 2006). Tal política hiciera a la elección de obispos homosexuales un poco más difícil, pero no imposible.
Lo preocupante acerca de tales noticias es la manera en que los que profesan ser cristianos toman decisiones. La Biblia explica que Cristo es la cabeza de la iglesia, la cual es Su cuerpo (Efesios 1:22,23). Las Escrituras también explican que todo lo que Su iglesia haga debe estar en armonía con Su voluntad revelada, Su autoridad (Colosenses 3:17,23,24). No es el privilegio de ningún grupo que supuestamente sigue a Cristo votar concerniente a lo que es un pecado o no. Adicionalmente, si alguien está cometiendo pecado abiertamente, sin duda no es el privilegio del “cuerpo” rechazar a la “cabeza” y asignar a tales individuos pecaminosos con estas posiciones de liderazgo.
La Escritura inspirada explica que el impío no heredará el reino de Dios. En la letanía de actividades que serían consideradas impías, se incluye notoriamente y repetidamente la homosexualidad (1 Corintios 6:9,10; Romanos 1:26-28). No solamente se debiera prohibir que los homosexuales lleguen a ser obispos, sino que se les debería señalar públicamente y excomulgar (juntamente con los adúlteros, fornicarios, ladrones, etc.) hasta que se arrepientan de sus pecados y paren de cometer actos homosexuales (1 Corintios 5). Cualquier grupo que supone votar sobre tales puntos y piensa que tal voto altera la manera en la cual el Cielo ve el pecado, tristemente se equivoca. La iglesia por la cual Jesús murió no tiene una sede, sino está unida solamente a través del Nuevo Testamento y funciona como el cuerpo obediente de Cristo. Todas las organizaciones religiosas que rechazan reconocer la autoridad de Cristo revelada en el Nuevo Testamento (Mateo 28:18) oirán estas palabras tristes pronunciadas por Cristo en el Día del Juicio: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
REFERENCIAS
Clark, Stephen (2006), “Episcopalians Curb Policy on Gays,” LA Times, [En-línea], URL: http://www.latimes.com/news/nationworld/nation/la-na-episcopal22jun22, 1,1257035.story?coll=la-headlines-nation.
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