Edad Aparente
¿Qué edad tiene la Tierra? Nadie sabe el número exacto que este globo ha girado alrededor del Sol. Sin embargo, usando la cronología bíblica una persona puede calcular la edad de la Tierra como aproximadamente 6,000 años.
“Pero la tierra luce como si tuviera millones de años de edad”, algunas personas protestarán. Existen a lo menos dos respuestas para tal pregunta. Primero, uno pudiera preguntar: ¿Comparada a qué; cómo luce una Tierra joven?”. Nosotros no tenemos otra Tierra que conozcamos que sea más joven que ésta, por tanto, ¿cómo pudiéramos saber cómo luce una Tierra joven? Segundo, no debería sorprendernos si la ciencia ocasionalmente calcula edades más antiguas para la Tierra, debido al concepto conocido como la “doctrina de la edad aparente”.
La idea sugiere que las cosas que Dios hizo durante la semana de la Creación fueron creadas completas y totalmente funcionales. Por ejemplo, ¿qué edad tenían Adán y Eva dos segundos después que Dios los creara? ¡Ellos tenían dos segundos de edad! Aunque ellos caminaban, hablaban, y lucían como seres humanos adultos, e incluso tenían la habilidad de reproducirse (lo cual fue uno de los mandamientos que Dios les dio—Génesis 1:28). Si un árbol hubiera sido cortado en el Huerto de Edén un día después de la semana de la Creación, ¿cuántos anillos tuviera? Posiblemente cientos, aunque hubiera tenido solamente 5 días de edad (recuerde, los árboles y otras plantas fueron creados en el tercer día de la semana de la Creación). Por tanto, la edad real del árbol y la edad aparente del árbol hubieran sido muy diferentes. El hecho de que esta Tierra pueda parecer más antigua que 6,000 años, no significa que sea más antigua que esto.
No obstante, nosotros debemos ser muy cuidadosos de no “leer entre” las cosas de la Biblia que no existen. Por ejemplo, algunas personas han preguntado si la doctrina de la edad aparente significa que Dios colocó plantas y animales en el registro fósil para “engañar” al hombre o “probar su fe”. No, Dios nunca haría eso. ¿Por qué? Cuando encontramos un fósil, nosotros naturalmente (y correctamente) creemos que el organismo que hizo el fósil vivió una vez en la Tierra. Si Dios solo lo “insertó” en el registro fósil, entonces Él nos hubiera despistado o mentido. Pero la Biblia claramente enseña que Dios no puede mentir (Tito 1:2). Entonces, ¿cómo llegaron a ser enterrados los números vastos de plantas y animales (y, ocasionalmente, humanos) en el registro fósil? Probablemente, muchos (aunque no todos) de lo fósiles que vemos son el resultado del Diluvio de Noé.
Otras personas han sugerido que si Dios hizo que la Tierra pareciese más antigua de lo que realmente es, entonces Él nos ha engañado porque las cosas no son realmente tan antiguas como lucen. Este criticismo sería verdadero—excepto por una cosa: ¡Dios nos dijo lo que hizo! Él no nos dejó en la oscuridad o trató de “burlarnos” o “probar nuestra fe” al esconder de nosotros la información importante que necesitaríamos. En cambio, Él fue muy claro y honesto con nosotros. Al considerar el material encontrado en los primeros once capítulos de Génesis (y en otras partes de la Biblia), nadie pudiera justificablemente acusar a Dios de engaño. Si nosotros ignoramos Su Palabra concerniente a lo que Él dijo que hizo, ¿es ésta la culpa de Dios? ¡Nunca!
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