Domingo y la Cena Del Señor
Poco antes de Su muerte, Jesús observó la fiesta del Antiguo Testamento de los panes sin levadura. En el proceso, Él instituyó la Cena del Señor (1 Corintios 11:20), y dijo a Sus discípulos que esta “comunión” (1 Corintios 10:16) sería observada en el reino (Mateo 26:29). El pan y el fruto de la vid debían de funcionar como símbolos del cuerpo y la sangre de Jesús que fueron ofrecidos en la cruz como un sacrificio para el mundo. ¿Cuándo debe ser realizada la práctica de observar la Cena del Señor? ¿El domingo? ¿Cada domingo? ¿Solamente el domingo?
Para responder estas preguntas, las Escrituras deben ser abordadas con la intención de determinar lo que enseñan. Ciertamente, una consideración clave es lo que la iglesia antigua practicaba bajo la orientación de los apóstoles. Cuando el Nuevo Testamento es leído, uno observa lo que los cristianos realmente practicaban con respecto a la Cena del Señor, y por ende lo que los apóstoles autorizaban.
Un segundo factor clave se relaciona a la importancia del día domingo. ¿Asigna el Nuevo Testamento algún significado especial al domingo? Uno no puede evitar notar el factor de que la resurrección de Jesús tomó lugar el domingo (Marcos 16:1; Lucas 24:1; Juan 20:1). Jesús se reunió con Sus discípulos el domingo después de Su resurrección (Juan 20:19,26). El Pentecostés era un día de fiesta judía (Levítico 23:14 et.seq.), y fue en este día de fiesta, diez días después de la ascensión de Jesús, que la iglesia fue establecida—el cual fue domingo (vea McGarvey, 1892, p. 19; Brewer, 1941, pp. 325-326). La iglesia del Nuevo Testamento se reunía el domingo (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). La Cena del Señor era observada en ese día (Hechos 20:7). Ciertamente, el día domingo está infundido con importancia religiosa considerable.
Otro factor para considerar es el silencio del Nuevo Testamento con respecto al sábado como teniendo un significado especial para el cristianismo del Nuevo Testamento. Aparte del domingo, el sábado sería el único contendiente serio para un día de importancia religiosa. Sin embargo, la observancia del sábado era incuestionablemente una característica del judaísmo—no del cristianismo—aunque la iglesia infante fue exclusivamente judía, y, de hecho, estaba inicialmente poco dispuesta a liberarse de las prácticas mosaicas (Hechos 11:19; 15:1,5; 21:12). Esta es la misma verdad acerca de la historia de la iglesia antigua. Aunque ciertamente no es el criterio decisivo para los cristianos del Nuevo Testamento, la historia de la iglesia antigua muestra que Hechos 20:7 no es una referencia incidental. La observancia de la Cena del Señor el domingo refleja la práctica general de las iglesias del Nuevo Testamento tanto como de las iglesias posteriores al primer siglo. Por ejemplo, la Didajé, escrita alrededor del 120 d.C., habla de que los cristianos se reunían cada día del Señor y partían el pan. Justino Mártir escribió en su Apología (I, 67), alrededor del 152 d.C., que los cristianos se reunían el domingo y participaban de la comunión.
Adicionalmente, otra consideración es la conexión doctrinal entre la Cena del Señor y el domingo. La muerte y resurrección de Jesús eran íntimamente ligadas cuando la Cena del Señor era observada el domingo (1 Corintios 11:26). Uno no puede abogar por una reunión el domingo sin abogar por una comunión el domingo. En Deuteronomio 5:12-15, el reposo sabático conmemoraba el Éxodo—la liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto. El domingo, en igual manera, es el día de liberación del cristiano. La Cena del Señor está asociada con esta redención y con la naturaleza de la iglesia. Éste es un acto colectivo—hecho por ende por todos los miembros cuando la asamblea se reúne el domingo. La Cena del Señor en cualquier otro día debilita su significado doctrinal (vea Ferguson, 1976, pp. 59-62).
ESCRITURAS ESPECÍFICAS
Hechos 2:42,46
En el fondo, el tema de la frecuencia de la observancia depende de los versículos que específicamente abordan el tema. [Para un examen analítico excelente de los pasajes de la Escritura que se relacionan al asunto de la Cena del Señor, vea Warren, 1975, pp. 148-156]. En Hechos 2:42, el uso del artículo “la” (en el griego) indica que un evento particular está bajo consideración, como comparado a una comida común (cf. 1 Corintios 10:16). “El partimiento del pan” es listado con otras actividades religiosas realizadas por la iglesia. La palabra, “perseveraban” (tiempo imperfecto), indica una práctica tradicional y habitual, aunque la frecuencia exacta no es provista aquí. Sin embargo, la iglesia antigua obviamente participó más frecuentemente que cada año, ya que todavía no había pasado un año desde el establecimiento de la iglesia.
Pero ¿qué acerca de Hechos 2:46? ¿No sugiere la observancia de la Cena del Señor en días diferentes al domingo? Para utilizar Hechos 2:46 como apoyo y defensa de la observancia diaria de la Cena del Señor, una persona debería saber, como también ser capaz de probar los siguientes puntos improbables: (1) que “cada día” es un modificador adverbial temporal que necesariamente modifica la frase “partiendo el pan en las casas”; y (2) que “partiendo el pan en las casas” hace referencia específicamente y exclusivamente a la Cena del Señor. Uno debería saber estas dos cosas antes que pudiera sacar la conclusión de que Dios autoriza la participación de la Cena del Señor en cualquier día diferente al domingo. Pero uno no puede saber o probar estos dos puntos. De hecho, la evidencia gramatical apunta hacia una dirección opuesta.
Arndt y Gingrich informan de la partícula enclítica, “te”, que ocurre más frecuentemente en el Nuevo Testamento en el libro de Hechos. Ésta aparece dos veces en Hechos 2:46 para expresar la idea de “no solamente…sino también” (1957, p. 807; cf. Robertson, 1934, p. 1179—“Pero te…te es estrictamente correlativo”). Thayer identifica el término como una partícula copulativa enclítica que expresa una conexión interna con lo que antecede. Por consiguiente, el doble uso del término en la misma oración, en este caso Hechos 2:46, presenta un paralelo o ideas coordinadas—“como…también” (Thayer, 1901, pp. 616-617).
Lo que estos factores gramaticales significan es que el uso en el versículo 46 de la conjunción correlativa (“te”) sirve como una interrupción en el pensamiento—un contraste—para evitar dejar la impresión de que los discípulos permanecían en el templo las veinticuatro horas al día. El pensamiento o la idea paralela transmitida por un uso doble de “te”, evidenciado a través del contexto, es la unidad o unión que los discípulos disfrutaban. En otras palabras, ellos participaban juntos en sus actividades religiosas, pero también continuaban su unión en sus acciones no-religiosas de socialización doméstica.
Lucas estuvo informándonos que los discípulos permanecían alrededor del templo casi constantemente después de los eventos trascendentales del Pentecostés, estando sin duda poco dispuesto a pasar por alto alguna de las actividades importantes asociadas con el establecimiento de la iglesia. Sin embargo, ellos sí se fueron a sus hogares privados para llevar a cabo los servicios de rutina asociados con las cenas comunes. Por tanto, “partiendo el pan”, en el versículo 46, no hace referencia a la Cena del Señor, sino a una cena común. El término “alimento” (véase el griego)—un término nunca usado para hacer referencia a la Cena del Señor—es explicativo de la expresión “partiendo el pan”—prueba adicional de que una comida común está bajo consideración (Jackson, 1991, p. 3).
No existe evidencia suficiente para garantizar la conclusión de que la iglesia puede participar de la Cena del Señor en cualquier día excepto el domingo. Hechos 2:46 no provee autoridad para la participación de la Cena del Señor salvo el domingo.
Hechos 20:7
En Hechos 20, nosotros encontramos información considerable concerniente a la realización de la Cena del Señor por la iglesia antigua. Nada en este u otro contexto indica que las “muchas lámparas” o el “aposento alto” tenían que ver en algo con la Cena del Señor. Por ende el lugar y la parafernalia en el ambiente son recursos. Como tales, estos son permanentemente opcionales (cf. Warren, 1975, p. 140).
“Partir el pan” es una figura para comer, lo cual con el tiempo llegó a tener aplicación técnica para la Cena del Señor (vea Behm, 1965, 3:730; Klappert, 1976, 2:530; Reese, 1976, pp. 83, 734). El término “para partir el pan” es en primer lugar un infinitivo aoristo. Los infinitivos en griego y español denotan propósito de acción del verbo principal. Por ende el propósito primario de la reunión fue el participar de la Cena del Señor. Esta conclusión es también ampliada en 1 Corintios 11:20.
A pesar de un horario apresurado (20:16), Pablo pasó una semana en Troas para participar de la Cena del Señor. Repentinamente, la adoración de los discípulos fue interrumpida por la caída de Eutico de la ventana superior. Sin embargo, después que Pablo le reviviera milagrosamente, ellos pudieron completar su adoración al participar de la Cena del Señor. ¿Por qué Pablo habló hasta la medianoche? Él necesitaba salir tan pronto como fuera posible (20:7). Por ende la predicación de Pablo antes de la medianoche correspondió a nuestro sábado en la noche (i.e., 6:00 p.m.-12:00 p.m.) que era su domingo. La participación de la Cena del Señor después de la medianoche fue nuestro domingo en la mañana (McGarvey, 1892, pp. 181-182).
Observe cuidadosamente la terminología de Lucas en Hechos 20:11. Él listó cinco actividades específicas que siguieron al restablecimiento de Eutico: (1) subieron (i.e., regresaron al tercer piso); (2) partieron el pan; (3) comieron; (4) tomaron un tiempo largo; y (5) partieron. El “partir el pan” en este versículo hace referencia a comer la Cena del Señor, exactamente como la expresión es usada antes en el versículo siete. El griego coloca el artículo antes de “pan” en el versículo 11, i.e., “el pan”. Por otra parte, “comido” hace referencia a una cena común que Pablo comió después que la Cena del Señor fuera conmemorada antes de su salida (cf. Woods, 1976, pp. 350-351; Conybeare y Howson, 1971, p. 546). En cualquier caso, la Cena del Señor fue observada el domingo.
1 Corintios 11:23-29 y 16:1,2
El propósito principal de 1 Corintios 11:23-29 está relacionado al cómo de la Cena del Señor, no al cuándo. Sin embargo, la frecuencia y consistencia al participar de la Cena del Señor es implicada con tales palabras como “haced esto” (vss. 24,25), “todas las veces” (vss. 25,26), “hasta” (vs. 26), y “cuando” (vs. 33).
En 1 Corintios 16:2, el término “kata” es distributivo, y significa “cada” (cf. Arndt y Gingrich, 1957, p. 407). Por ende Pablo estaba invocando contribuciones semanales para las iglesias—“cada primer día de la semana”. Similarmente, los judíos entendían que la observancia del reposo sabático—“acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8)—se aplicaba a cada sábado. Pablo declaró que él también había dado este mismo mandamiento a las iglesias de Galacia (vs. 1).
CONCLUSIÓN
La conclusión que debe ser sacada de esta información es definitiva e incuestionable. Ya que los cristianos se reunían cada domingo (1 Corintios 16:2), y un propósito central para tal reunión era la observancia de la Cena del Señor (Hechos 20:7), se entiende que la iglesia antigua participó de la Cena del Señor cada domingo. Uno debe juntar todo lo que el Nuevo Testamento tiene que decir sobre el asunto y entonces, lógicamente, calzarlo junto. La Biblia claramente enseña que los cristianos del Nuevo Testamento participaron de la Cena del Señor cada domingo, y solamente el domingo.
REFERENCIAS
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