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Dios y la Promesa de Lealtad

Aquí vamos otra vez. Un juez federal en Sacramento, California ha decretado que recitar la Promesa de Lealtad en las escuelas públicas es anti-constitucional. El Juez Lawrence Karlton decretó que la referencia a “una nación bajo Dios” viola el derecho constitucional de los estudiantes a estar “libres del requerimiento coercitivo a afirmar a Dios” (“Federal Judge Rules…”, 2005). Afortunadamente, existen algunos que reconocen el atrevimiento y el disparate de tal acción que supone el quebrantamiento de la Constitución. La Ley de Protección de la Promesa, presentado por el congresista Todd Akin de Missouri, limitaría que la jurisdicción de las cortes federales decreten en cuanto a la constitucionalidad de la Promesa (Akin, 2003).

Durante los 40 años pasados, Norteamérica se ha alejado más de Dios y de sus amarras religiosas originales. Un pequeño pero creciente número de políticos, educadores, animadores y jueces activistas liberales han estado trabajando fervientemente para expulsar al cristianismo de la vida pública e incitar a la civilización norteamericana al ateísmo (o a la neutralidad religiosa). Su estrategia central ha sido que los Padres Fundadores (y la Constitución que escribieron) rechazaron las referencias al Dios de la Biblia o a la religión cristiana en la vida pública—sea en el gobierno, las escuelas públicas o la comunidad. Ellos declaran que las referencias a la religión cristiana en las escuelas violan el principio de “separación de la iglesia y el estado” y especialmente, la “cláusula de establecimiento” de la Primera Enmienda.

Se cuenta que Adolfo Hitler dijo: “Por medio de mentiras astutas, repetidas constantemente, es posible hacer que la gente crea que el cielo es el infierno—y que el infierno es el cielo. Cuanto más grande sea la mentira, más rápidamente será creída”. En realidad, la Constitución no hace referencia a ninguna noción de una supuesta separación de la iglesia y el estado—una frase que el fallecido Juez Principal William Rehnquist calificó como una “metáfora engañosa”, insistiendo que se debe “abandonarla directamente y explícitamente” (Wallace v. Jaffree). Los Padres Fundadores no creyeron que se debía prohibir la religión cristiana de la vida pública—ya que ellos mismos frecuentemente hicieron referencia a Dios en sus acciones, enunciados y documentos escritos públicos y oficiales. Por ejemplo, la Declaración de Independencia [de los Estados Unidos—MP] hace referencia al “Creador”, al “Dios de la Naturaleza”, a la “Providencia Divina” y al “Juez Supremo del mundo”—cuatro referencias inequívocas al Dios de la Biblia.

Aunque la Promesa se escribió a finales de 1800, el Congreso a la orden del Presidente Dwight Eisenhower añadió las palabras “bajo Dios” en 1954. En ese tiempo, él declaró: “En esta manera estamos reafirmando la trascendencia de la fe religiosa en la herencia y el futuro de Norteamérica; en esta manera fortaleceremos constantemente esas armas espirituales que para siempre serán el recurso más poderoso de nuestro país en paz y guerra” (Pledge of Allegiance…”, 2002). ¿Pero ahora un juez liberal y activista quiere que creamos que el Congreso de los Estados Unidos—el cuerpo legislativo que expidió una ley en armonía con el consentimiento de los gobernados, millones de Norteamericanos en ese tiempo—también como los millones de profesores y estudiantes norteamericanos que han repetido esas palabras por más de 50 años, han actuado en oposición directa a la Constitución y a la voluntad de los Fundadores? ¡Ridículo! Esta necedad se burla de la evidencia voluminosa en su contra (por ejemplo, vea Barton, 2000).

Pero ¿qué acerca de los ateos, budistas, hindúes, norteamericanos nativos, et.al., que no comparten los valores cristianos y el sistema de creencia que gobernó a la nación por los primeros 180 años? ¿No es el uso de la palabra Promesa “insensible” y “ofensivo” para ellos y para sus hijos? Para ver las cosas objetivamente, considere otra pregunta: ¿Qué acerca de todos los ateos, budistas, hindúes, norteamericanos nativos, et.al., que asistieron a las escuelas públicas desde 1954 hasta el presente—antes que se desafiara al enunciado “bajo Dios”? La historia registra que Norteamérica siempre ha tenido ciudadanos que no han compartido el enfoque cristiano de los Fundadores (aunque siempre han estado en la minoría). ¿Qué acerca de ellos? ¿Se les trató “insensiblemente” en violación de la Constitución? La respuesta es que los Fundadores nunca pensaron de esa manera—ni sus sucesores judiciales y políticos por alrededor de dos siglos. Aunque no abogaron por la persecución de ateos o aquellos que abrazan las ideologías falsas, ¡no indicaron que se debía proveer condiciones o ajustes en la vida pública para acomodar esos sistemas erróneos de creencia! De hecho, señalaron que los ciudadanos no-cristianos no eran perseguidos porque la República Norteamericana estaba fundada en el ejercicio libre de los principios cristianos (vea casos de la Corte Suprema Estatal City Council of Charleston v. Benjamin, 1846 y Lindenmuller v. The People, 1860). ¡Imagine lo que le pasaría a un ateo si fuera a una nación musulmana e insistiera que ajustaran sus políticas sociales para evitar ofender su incredulidad!

¿Intentaron los Fundadores crear una nación que se ajustara a toda ideología, religión y filosofía descabellada que sale a la superficie? No. Hacerlo sería socavar las fundaciones de la República. Además, es imposible agradar a todos. Las religiones mundiales están en conflicto y se contradicen entre ellas. El único curso sensato que se puede tomar, el único que conservará la República, es el curso que el salmista articuló algo de tres mil años atrás: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová” (Salmos 33:12). “Porque la nación o el reino que no te sirviere [a Jehová] perecerá, y del todo será asolado” (Isaías 60:12).

REFERENCIAS

Akin Todd (2003), “We Must Keep ‘Under God’ in the Pledge,” [En-línea], URL: http://www.house.gov/akin/updates/20030825ed.html.

Barton, David (2000), Original Intent (Aledo, TX: WallBuilder Press), tercera edición.

City Council of Charleston v. Benjamin (1848), 2 Strob. L. 508 (S. C. 1848).

“Federal Judge Rules Reciting Pledge in Schools Unconstitutional” (2005), Fox News, September 15, [En-línea], URL: http://www.foxnews.com/story/0,2933,169379,00.html.

Lindenmuller v. The People (1861), 33 Barb (N.Y.) 548.

“Pledge of Allegiance Declared Unconstitutional” (2002), June 26, [En-línea], URL: http://usgovinfo.about.com/library/weekly/aa062602a.htm.

Wallace v. Jaffree, 472 U.S. 38, 92 (1984).


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