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¿Demasiado Militante?

La conspiración por revisar el pasado para hacer que combine con el panorama social moderno de la “corrección política” se manifiesta en muchas maneras. Una de ellas es el esfuerzo continuo de producir traducciones bíblicas dirigidas a un género neutro en vez de usar el género masculino. Otro intento es eliminar cualquier indicación de religión cristiana en la vida pública—sea la frase “bajo Dios” en la Promesa de Lealtad de los Estados Unidos o el monumento a los Diez Mandamientos en el edificio del Centro Judicial de Alabama. Tal vez usted recuerde que a finales de 1980, una denominación protestante principal consideró quitar de su himnario la canción “Firmes y Adelante” debido a sus letras militantes que usaban términos de guerra.

Todos estos esfuerzos tienen en común el hecho que se basan en la percepción humana frágil que constantemente experimenta alteración, en vez de basarse en los principios inmutables y los valores absolutos que Dios ha articulado. Un hombre no-inspirado escribió “Firmes y Adelante”, y esta canción no necesita defensa. Sin embargo, la oposición a esta canción da como consecuencia un tema más extenso que merece consideración. Los que objetan a esta canción, obviamente tienen un estándar mental en cuanto al uso de terminología militar en los himnos cristianos. Piensan que este lenguaje de guerra es inapropiado e inaceptable. No obstante, deberíamos enfocar nuestra atención en la manera en que Dios se siente en cuanto a este asunto. ¿Qué dice la Palabra de Dios en cuanto a la idoneidad del lenguaje militar en la expresión cristiana?

El Nuevo Testamento describe repetidamente la vida cristiana de una manera metafórica como una batalla que se debe pelear y una guerra que se debe ganar. Se le dijo a Timoteo, “Milit[a] por ellas la buena milicia” (1 Timoteo 1:18); “Pelea la buena batalla de la fe” (1 Timoteo 6:12); “Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2:3). Pablo describió su ministerio como una “pelea” (1 Corintios 9:26; 2 Timoteo 4:7). Describió su derecho de recibir sostenimiento monetario como la ayuda a un soldado (1 Corintios 9:7). Los cristianos antiguos enfrentaron luchas y conflictos parecidos a los de una guerra (Hebreos 10:32). Se insta a los cristianos de la siguiente manera: “Vestíos de toda la armadura de Dios”—lo cual incluye tomar la “espada del Espíritu” (Efesios 6:11-17). Ellos llevan “las armas de la luz” (Romanos 13:12) y las “armas de justicia a diestra y a siniestra” (2 Corintios 6:7). Incluso se identifica las partes específicas de la armadura del cristiano (Efesios 6:14-17; 1 Tesalonicenses 5:8). Los cristianos usan “armas” en una “milicia” (2 Corintios 10:4).

Cuando se toma el tiempo para consultar las directrices divinas, se descubre que el escrito divino frecuentemente representa la existencia cristiana como una guerra. De hecho, la canción “Firmes y Adelante” cumple el buen trabajo de resaltar está metáfora perfectamente escritural. Mientras la sociedad continúa en el proceso de abandonar el enfoque cristiano, los que reclaman ser cristianos deberían comenzar a imitar a su Rey militante que, con ojos ardientes y seguido por las huestes celestiales, “juzga y pelea” (Apocalipsis 19:11).


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