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¿Debería David Haber Sido Apedreado?

En Levítico 20:10, la Biblia registra: “Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos”. En 2 Samuel 11:3-4, la Biblia declara que David tomó a Betsabé, esposa de Urías, y cometió adulterio con ella. En el capítulo 12 del mismo libro, el profeta Natán confrontó a David en cuanto a su pecado, por ende le declaró culpable y le guió al arrepentimiento. Sin embargo, no existe registro que David fuera apedreado o muerto a causa de su unión adúltera con Betsabé. De hecho, se permitió que David continuara su reinado en Israel. Los escépticos han señalado este escenario y han acusado a Dios de hacer “acepción de personas”, declarando que mostró más misericordia a David de lo que la Ley Levítica permitía. Algunos creyentes en la Biblia han hecho lo mismo, declarando que Dios simplemente tuvo misericordia de David a pesar de lo que estaba escrito en la Ley.

Al analizar de cerca la Ley de Moisés se puede ver que estas conclusiones son incorrectas. Dios no descartó la Ley de Moisés para mantener a David con vida. Las regulaciones mosaicas declaraban específicamente que se podía ejecutar a una persona si había dos o más testigos del crimen (Deuteronomio 19:15). Era insuficiente un testigo para invocar la pena de muerte (Deuteronomio 17:6). Cuando analizamos la situación entre David y Betsabé, no encontramos que incluso un testigo estuviera presente para verificar el adulterio. De hecho, parece que se había escondido muy bien todo el asunto del público en general. Solamente a causa de la llegada del profeta Natán, a quien Dios envió, salieron a la superficie los detalles concernientes al adulterio de David. No obstante, Natán no podía ser un testigo en contra de David, ya que no existe registro que él estuvo en la escena del crimen. Y aunque aparentemente obtuvo la información directamente de Dios, eso todavía no calzaría bajo el decreto que Deuteronomio 19:15 menciona. Además, él todavía necesitaría un testigo más para que se apedreara a David.

En realidad, si los que vivían bajo la Ley de Moisés hubieran sido condenados basados en el hecho que Dios conocía sus crímenes, entonces hubieran ocurrido muchas más muertes, ya que “[l]os ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos” (Proverbios 15:3). Entonces, descubrimos que no se ignoró la Ley de Moisés en el caso de David; este tampoco es un ejemplo que Dios muestra parcialidad. Sin embargo, incluso si hubiera habido testigos y los israelitas no hubieran seguido adecuadamente los procesos judiciales como la Ley de Moisés establecía, esta no hubiera sido la culpa de Dios, sino la culpa de los israelitas que no obedecieron los mandamientos de Dios.


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