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¿Cuántos Animales de Cada Especie Metió Noé en el Arca?

Pregunte a la mayoría de niños que están familiarizados con el relato bíblico del Diluvio cuántos animales de cada especie metió Noé en el arca, y la respuesta que probablemente oirá es, “¡Dos!”. Estos estudiantes de la Biblia están familiarizados con las instrucciones divinas a Noé, registradas en Génesis 6:19: “Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán” (énfasis añadido; cf. 7:15). Sin embargo, parece que menos personas saben que Dios también instruyó a Noé, diciendo, “De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra” (Génesis 7:2-3, énfasis añadido). Según los críticos de la Biblia, estos versículos son contradictorios. “¿Entraron los animales limpios de 2 en 2 o de 7 en 7?” preguntó Dennis McKinsey (1983, p. 1).

Para responder a la pregunta de McKinsey, los animales limpios y las aves entraron en el arca de siete en siete, mientras que los animales impuros entraron de dos en dos. No hay contradicción aquí. Génesis 6:19 indica que Noé debía meter “dos de cada especie” en el arca. Luego, cuatro versículos después, Dios suplementó esta instrucción original, informando a Noé en una manera más detallada la cantidad de animales limpios. Era necesario que Noé metiera animales limpios adicionales ya que, a su salida del arca después del Diluvio, edificó “un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar” (Génesis 8:20). Si Noé hubiera metido solamente dos animales limpios de los cuales escoger para ofrecer sacrificio a Dios después de salir del arca, entonces hubiera extinguido las varias especies de animales limpios y aves al sacrificar una de las parejas. Por ende, después que Dios dijo a Noé que metiera dos de cada especie de animal en el arca, le instruyó a meter animales limpios adicionales. Así como el capítulo 2 de Génesis suplementa el primer capítulo de Génesis al presentar un relato más detallado de la Creación (vea Lyons, 2006), la primera parte de Génesis 7 simplemente suplementa el final del capítulo anterior, “conteniendo varios detalles de una descripción minuciosa que no se incluyó en las direcciones generales que se dieron primeramente a Noé” (Jamieson, et.al., 1997).

Un problema de traducción que no debería ser un problema para la fe de una persona, pero uno del cual se debería tener conocimiento, tiene que ver con el número real de animales limpios que se metieron en el arca. Durante los años, las personas que estudian la Biblia seriamente se han preguntado si el número era siete o catorce (Génesis 7:2). Por ejemplo, la frase hebrea shibb’ah shibb’ah se traduce de una manera un poco vaga en la Versión Reina Valera Antigua. Según esta versión, se metieron los animales limpios en el arca “de siete en siete” (Génesis 7:2). Las traducciones más nuevas expresan una idea más clara, pero todavía existe desacuerdo en ellas. La Versión Reina Valera, la Nueva Versión Internacional y la Biblia de las Américas traducen shibb’ah shibb’ah como “siete parejas” de animales limpios. Aunque “puede no haber seguridad sobre este punto” (Willis, 1979, p. 171), algunos han tomado una decisión más inflexible sobre el tema, creyendo que existe propósito y razón real para la interpretación que hubieron solamente siete de cada especie limpia en el arca, en vez de siete parejas. Se sugiere que cuando Noé salió del arca y ofreció sacrificio a Dios “de todo animal limpio” (Génesis 8:20), se dejó tres parejas para la domesticación para que el hombre tuviera comida, ropa y posiblemente más animales para sacrificar en el futuro inmediato. Como Matthew Henry señaló, el patrón pudiera representar el patrón de la semana de trabajo y el día de reposo, en el sentido que “Dios nos da seis por uno en las cosas terrenales, como en los días de la semana”, mientras que el séptimo es para devoción a Dios (s.d., p. 61). No obstante, es verdad que no se puede hacer una conclusión definitiva en este asunto particular.

También se presenta otro problema concerniente a Génesis 7:2. Según el escéptico, “No se describió a los animales limpios e impuros sino hasta el capítulo 11 de Levítico. La Ley Mosaica surgió 600 años después del Diluvio. No existían judíos, israelitas o animales limpios y/o impuros en el tiempo de Noé” (McKinsey, p. 1). Por ende, sin tener en cuenta cómo se responda la pregunta en cuanto al número de animales en el arca, esta segunda acusación persiste en las mentes de los escépticos. Supuestamente, no se dio instrucciones en cuanto a los animales limpios e impuros sino hasta cientos de años después del Diluvio (vea Levítico 11 y Deuteronomio 14).

Lo que los escépticos rechazan ver es que el hecho que Moisés diera leyes en cuanto a los animales limpios e impuros en un tiempo posterior al Diluvio, no significa que estas reglas concernientes a los animales no existieran antes de Moisés—e incluso antes del Diluvio. Como el comentarista John Willis anotó: “Una ley o una verdad no necesita tener su origen con un cierto individuo o religión para ser una parte vital de esa religión o para ser una característica peculiar de esa religión” (p. 170). Por ejemplo, Jesús no fue la primera persona en enseñar que el hombre debía amar a Dios con todo su corazón (cf. Deuteronomio 6:5), o que el hombre debía amar a su prójimo (cf. Levítico 19:18) y a sus enemigos (cf. Proverbios 25:21-22). Pero estas fueron enseñanzas centrales del mensaje de Cristo (cf. Mateo 22:34-40; Mateo 5:43-48). De igual manera, el hecho que Dios escogiera la circuncisión como una señal entre Él y los descendientes de Abraham, no significa que no se hubiera circuncidado a ningún varón en la historia humana antes de la circuncisión de Abraham y sus descendientes (Génesis 17). Además, Moisés escribió en el libro de Levítico años después del tiempo de Abraham, diciendo, “La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño” (12:2-3, énfasis añadido). No he oído a nadie alegar que Moisés creyó que estaba escribiendo una nueva ley aquí. Al contrario, él sabía muy bien lo que Dios esperaba en cuanto al asunto de la circuncisión, incluso antes que incluyera esta clase de instrucción como parte de la Ley Mosaica (lea Éxodo 4:24-26).

El hecho que los escépticos aleguen que no existía la diferenciación entre los animales limpios e impuros antes del tiempo de Moisés es totalmente infundado. La humanidad ha estado ofreciendo sacrificios de animales desde la caída del hombre (cf. Génesis 3:20). Es evidente que Dios ha estado dando leyes concernientes a los sacrificios de animales desde el tiempo de Caín y Abel ya que el segundo hijo de Adán pudo ofrecer sacrificio de un animal “por fe” (Hebreos 11:4; Génesis 4:4). Ya que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17), Abel debe haber recibido revelación de Dios sobre la manera aceptable de ofrecer sacrificio de animales. Esa revelación pudo haber fácilmente abordado el tema de qué animales eran aceptables (“limpios”) y qué animales no eran aceptables (“impuros”). Adicionalmente, más de 400 años antes que Moisés diera a los israelitas leyes que diferenciaban a los animales limpios e impuros, Dios había hecho un pacto con Abraham concerniente a la tierra que sus descendientes finalmente poseerían (Génesis 15). Parte de la “señal” que se dio a Abraham en ese tiempo involucraba la matanza de una becerra, una cabra, un carnero, una tórtola y un palomino (Génesis 15:9). “Da la casualidad” que después la Ley de Moisés consideró a todos estos animales como limpios (cf. Levítico 1:2,10,14).

Sin duda, existía la distinción entre los animales limpios e impuros mucho antes que se diera la Ley de Moisés. Aunque esta distinción no incluía todos los detalles y aplicaciones que Moisés dio (ya que antes del Diluvio la distinción parece solamente haberse aplicado a los asuntos de la idoneidad de los animales para el sacrificio, no para el consumo—cf. Génesis 9:2-3), el sacrificio de animales a Dios se practicó durante la Era Patriarcal, y es aparente que los fieles podían distinguir entre lo limpio y lo impuro. Noé ciertamente conocía la diferencia.

REFERENCIAS

Henry, Matthew (sine data), Genesis to Deuteronomy (MacLean, VA: MacDonald).

Jamieson, Robert, et al. (1997), Jamieson, Fausset, Brown Bible Commentary (Electronic Database: Biblesoft).

Lyons, Eric (2006), “¿Creó Dios a los Animales o al Hombre Primero?” [En-línea], URL: https://www.apologeticspress.org/espanol/articulos/3041.

McKinsey, Dennis (1983), “Commentary”, Biblical Errancy, p. 1, diciembre.

Willis, John T. (1979), “Genesis”, The Living Word Commentary (Austin, TX: Sweet).


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