¿Cuán Manso Pudo Haber Sido Moisés?
Al intentar desacreditar la idea que Dios inspiró a Moisés a escribir los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, muchos escépticos y eruditos religiosos liberales se han esforzado por hiper-analizar cualquier enunciado “cuestionable” en el Pentateuco. Uno de los enunciados que se usa frecuentemente para sostener la idea que Moisés no pudo haber escrito los primeros libros se encuentra en Números 12:3, versículo que declara: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Después de leer este enunciado, surge la pregunta: “¿Cómo pudo Moisés ser el hombre más manso o más humilde en el mundo, y proceder a decir a todos que lo es?”. Según Tod Billings, presidente (en 1999) de la Sociedad de Librepensadores de Arkansas, “si Moisés dijo esto con relación a sí mismo, él es vanidoso y arrogante, ¡no ‘muy manso’!” (1999). Se pudiera listar muchos enunciados como los del Sr. Billings que salen de los labios de muchos “librepensadores”, escépticos y eruditos religiosos liberales. Y, con toda honestidad, el que estudia sinceramente la Biblia puede sorprenderse al leer este versículo de una manera superficial.
¿Pudo haber sido Moisés muy manso y todavía haber escrito este enunciado acerca de sí mismo? Sí. Primero, si Dios estaba informando a Moisés lo que debía escribir, entonces Moisés tenía poco que ver con la expresión de la descripción concerniente a sí mismo. Es claro por el alcance del enunciado, que incluye a “todos los hombres que había sobre la tierra”, que solamente Dios tuviera la habilidad de saber quién era la persona más mansa que vivía al tiempo de Moisés (Coffman, 1987, p. 365). ¿No tiene sentido que Dios escogería solamente al hombre más humilde para liberar a Su pueblo escogido de Egipto y llevarlo a través del desierto?
Segundo, se añade esa frase para que el lector pueda entender la narración más completamente. En el contexto, el hermano de Moisés, Aarón, y su hermana María, habían hablado en contra de Moisés porque él había tomado una mujer etiope. Ellos dijeron a Moisés, “¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?” (Números 12:1-2). Estos enunciados eran un ataque directo a la autoridad que Dios había conferido a Moisés. Si se hubiera permitido que los hermanos de Moisés continuaran declarando esta clase de enunciados, se hubiera puesto en peligro la estructura autoritativa completa que Dios había establecido (i.e., Moisés como el líder principal de los israelitas). Sin embargo, ya que Moisés era un hombre manso y humilde, rechazó encargarse de esta actitud rebelde personalmente. Por tanto, Dios tuvo que intervenir y hablar directamente a los hermanos de Moisés, informando a María y Aarón que Dios tenía una relación especial con Moisés, y que sus hermanos debían haber tenido “temor de hablar contra mi [de Dios—KB] siervo Moisés” (Números 12:8). Sin el enunciado concerniente a la mansedumbre de Moisés, esta narración estuviera algo incompleta. No obstante, con este enunciado vemos que Moisés rechazó exaltarse y reprender a sus hermanos, así que Dios intervino y exaltó a Moisés.
Tercero, muchos escritores de la Biblia fueron inspirados a hacer comentarios acerca de sí mismos que pueden parecer arrogantes, pero en realidad, no fueron enunciados arrogantes, sino documentación sencilla de un hecho que Dios quería que los lectores de la Biblia supieran. Por ejemplo, en varias ocasiones en el evangelio de Juan, leemos una descripción acerca de un discípulo particular “a quién Jesús amaba”. Al final del libro, el escritor informa a sus lectores que él es ese discípulo (Juan 21:20-25). ¿Fue arrogante que Juan se identificara a sí mismo como el discípulo a quien Jesús amaba? ¿O quería Dios que se incluyera esa información para el beneficio de los lectores? Otro ejemplo viene del apóstol Pablo. Cuando se trajo a Pablo al Sanedrín para que se defendiera, él comenzó su discurso con el enunciado, “Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy” (Hechos 23:1; cf. Marcos 13:11). Ya que Ananías, el sumo sacerdote, consideró que este enunciado era arrogante, mandó que uno de los soldados que estaba al lado de Pablo le golpeara en la boca. Pero el enunciado de Pablo fue una declaración que no contenía arrogancia o presunción.
Durante la vida de Moisés, Dios le consideró como el hombre más manso. Dios quería que los lectores de la Biblia supieran este hecho, por ende inspiró a Moisés a escribirlo. Este hecho ayuda a que el lector entienda la acción divina en Números 12, y guarda similitud con algunos enunciados que otros escritores de la Biblia registraron. No se puede usar legítimamente este enunciado para argumentar en contra de la autoría mosaica del Pentateuco.
REFERENCIAS
Billings, Tod (1999), “Moses Wrote the Torah?” [En-línea], URL: http://www.stephenjaygould.org/ctrl/archive/billings_torah.html.
Coffman, James Burton (1987), Commentary on Leviticus and Numbers (Abilene, TX: ACU Press).
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