“Con el Sudor de Su Espalda”
A primera vista, el hipopótamo parece ser tan interesante como un plato de espagueti frío. Esta es una criatura inmensa que pasa la mayor parte de su tiempo descansando perezosamente en el agua. Sin embargo, el hipopótamo realmente es una bestia muy intrigante. Por ejemplo, una “observación muy cercana y personal” del animal revela una secreción rojiza por todo su espalda y rostro. Los griegos antiguos creían que el hipopótamo sudaba sangre. La secreción luce como sangre, pero en realidad es una mezcla de pigmentos que actúa como un tipo de bloqueador solar—¡e incluso como un antibiótico! La combinación de los dos pigmentos protege al hipopótamo de los rayos dañinos del Sol y ayuda a la curación.
De hecho, la secreción que transpira de la piel del animal es esencial para su supervivencia. El hipopótamo es un comedor nocturno. Este come tanto como puede durante la noche para evitar el Sol y su calor. Cuando amanece, el hipopótamo se dirige al agua donde pasa el día descansando y digiriendo. Para mantener su gran tamaño, el hipopótamo debe consumir grandes cantidades de comida, incluso comer una porción de comida para el almuerzo. Por ende, este a menudo debe exponerse al Sol para buscar su próxima comida. La mayoría de mamíferos que tienen el mismo problema del hipopótamo están equipados con un pelaje protectivo, pero el pelaje no ayudaría a un animal del tamaño del hipopótamo que pasa la mayor parte de su vida en el agua.
En cambio, el hipopótamo posee un método de protección mucho más complejo. La secreción rojiza que produce es capaz de repeler los rayos ultravioletas del Sol, también como regular la temperatura y poner freno al crecimiento de bacterias. En junio del 2004, Julianna Kettlewell, del personal de ciencia de la BBC News en-línea, escribió un artículo fascinante titulado “Hippo’s ‘Magic’ Sweat Explained” (“La Explicación del Sudor ‘Mágico’ del Hipopótamo”), en el que abordó el trabajo del Profesor Kimiko Hashimoto de la Universidad Farmacéutica de Kyoto en Japón. El Dr. Hashimoto reunió y analizó el sudor del hipopótamo para entenderlo mejor y descubrió que el sudor está compuesto de dos pigmentos—uno rojo (conocido como ácido hiposudórico) y uno naranja (llamado ácido norhiposudórico). Ambos pigmentos trabajan muy bien como bloqueadores solares. Además, el ácido hiposudórico sirve como un buen antibiótico, lo cual es extremadamente importante para el hipopótamo ya que este es un animal beligerante que a menudo no tiene éxito en sus confrontaciones. Wayne Boardman, jefe de los servicios veterinarios en la Sociedad Zoológica de Londres, Inglaterra, observó que los “hipopótamos están siempre peleando…estos consiguen rasguños, mordeduras y cortes pero no parece que se infectan”.
Los evolucionistas creen que los hipopótamos evolucionaron su interesante transpiración en respuesta a su ambiente. Pero esos mismos evolucionistas parecen ofrecer poca información de cómo el hipopótamo evolucionó tal mecanismo. Al hablar de los hipopótamos, la Sra. Kettlewel anotó: “Entonces, no es sorprendente que la evolución los dotó con un antiséptico práctico”. ¡Qué conveniente! “La evolución los dotó”. La evolución no está equipada para “dotar” algo; solamente un Creador inteligente puede “dotar”. La evolución no es nada cercano a un Creador inteligente, ya que esta no es inteligente ni crea nada. ¿Cuántas generaciones de hipopótamos han tenido que morir antes que otros decidan evolucionar su propia loción solar? Además, si los hipopótamos realmente pudieron evolucionar su propia loción solar, y si esto les ayuda a ser más “aptos para sobrevivir”, ¿por qué otros animales no han podido dominar esta técnica?
Muchos animales son afectados por quemaduras solares. Según el veterinario Marjorie Orr, la mayoría de animales con pelaje blanco o áreas rosadas en su cuerpo pueden ser afligidos con quemaduras solares. ¿Por qué no ha “dotado” la evolución a los cerdos con glándulas sudoríparas especializadas para combatir las quemaduras solares? El mecanismo complejo que el hipopótamo posee no fue concebido en la mente de una criatura antigua “parecida a un hipopótamo”. Ese no es el regalo que la evolución puede dar. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). La “transpiración protectiva” del hipopótamo es otro ejemplo de diseño evidente del Creador al cual conocemos como Dios.
REFERENCIAS
Kettlewell, Julianna (2004), “Hippo’s ‘Magic’ Sweat Explained,” BBC News, [En-línea], URL: http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/nature/3749351.stm.
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