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¿Comenzó Jesús Su Ascensión Mientras que Estaba en Su Cuerpo Físico?

Algún tiempo atrás un caballero nos presentó una pregunta que consideraba un “problema insoluble” para el cristiano que declara que “Jesús se levantó físicamente de la tumba, básicamente con el mismo cuerpo con el cual fue crucificado” (vea Lyons, 2004, énfasis añadido). Supuestamente, ya que Dios es espíritu y vive en los cielos espirituales, fue necesario que Jesús muriera por segunda vez para que se liberara de Su cuerpo terrenal. Y, ya que no se menciona que Jesús se liberó de este cuerpo antes de ascender al cielo, supuestamente no se puede concluir justificablemente que Él se levantó físicamente de la tumba.

No obstante, una consulta breve a las Escrituras revela que tal argumentación es extremadamente irracional. Primero, si Dios Todopoderoso crea lo que se ve de lo que no se veía (Hebreos 11:3; cf. Génesis 1), entonces es lógico concluir que el mismo Dios omnipotente puede transformar un cuerpo físico en un cuerpo celestial e inmortal al simplemente desearlo. Recuerde que Jesús una vez transformó agua en vino simplemente al desearlo (y no al añadir uvas, azúcar, colorantes, etc.—Juan 2:1-10). Además, Él sanó milagrosamente al siervo de un centurión (quien no estaba incluso en Su presencia), al simplemente desear que “sea hecho” (Mateo 8:13). ¿No pudo este mismo Jesús escoger cambiar Su cuerpo en uno glorificado y celestial antes de sentarse “a la diestra de Dios” en el cielo (Marcos 16:19)? ¿No podía el Padre simplemente desear que fuera hecho? Preguntar es responder.

Segundo, la Biblia nunca sugiere que los ángeles que aparecieron en la Tierra en el pasado en forma humana tuvieron que “morir” para regresar a su estado celestial previo. Antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Jehová y dos de Sus ángeles aparecieron en forma humana y disfrutaron de una comida que Abraham y Sara prepararon (Génesis 18:8). Los dos ángeles después entraron a Sodoma y comieron otra vez con Lot antes de advertirle que escapara de la ciudad impía (Génesis 19:3). ¿Quién diría que estos ángeles (e incluso Jehová mismo) tuvieron que experimentar la muerte física antes de regresar al hogar celestial? Si nadie lo haría, ¿por qué alguien concluiría que Cristo necesitaba morir físicamente otra vez (después de Su resurrección) antes de ascender al cielo?

Finalmente, Jesús no tuvo que morir por segunda vez para que Su cuerpo sea transformado en uno celestial así como los cristianos (que estarán vivos cuando Jesús regrese) no tendrán que morir antes de recibir sus cuerpos celestiales e inmortales. El apóstol Pablo abordó este mismo punto en una de sus epístolas a la iglesia en Corinto.

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria (1 Corintios 15:50-54, énfasis añadido).

Él también escribió a la iglesia en Tesalónica acerca de este tema.

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (1 Tesalonicenses 4:16-17, énfasis añadido).

Según Pablo, habrá cristianos vivos en la Tierra cuando Jesús regrese. Antes de entrar al cielo, estas personas no tendrán que morir primero. En cambio, Dios simplemente “transformará” sus cuerpos en cuerpos “incorruptibles”, “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta”. No se nos dice exactamente cómo pasará esto y cómo lucirán nuestros cuerpos. Lo que sabemos es que aquellos que estarán vivos cuando Jesús regrese no tendrán que pasar por una “muerte y sepultura” antes de obtener sus nuevos cuerpos.

Argumentar que la resurrección de Jesús no fue una resurrección física y corporal basados sobre la suposición que Él tendría que morir otra vez (para liberarse del cuerpo viejo) antes de ascender al cielo simplemente no es un argumento bíblico y racional. Basados en las escrituras anteriores (y otras—cf. 2 Reyes 2), podemos estar seguros que en el pasado Dios ha escogido cambiar lo espiritual en lo físico y lo físico en lo espiritual al simplemente desearlo. Además, Él lo hará otra vez al final del tiempo cuando “los que vivimos, los que hayamos quedado” (1 Tesalonicenses 4:17), “seremos transformados” (1 Corintios 15:51) y “arrebatados…en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:17).

REFERENCIAS

Lyons, Eric (2004), “¿Tuvo Jesús el Mismo Cuerpo Físico Después de Su Resurrección?”, [En-línea], URL: http:// www.apologeticspress.org/espanol/articulos/2956.


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