Bioimitación del Letargo
Algunos animales, tales como el oso negro de Norteamérica, realizan hibernación, un letargo temporal, similar al dormitar, que se realiza durante los meses fríos del invierno (vea Tyson, 2000). El letargo involucrado en la hibernación es “un estado de auto-reducción en la temperatura del cuerpo y el ritmo metabólico” para conservar energía (Harder, 2007; Fury, s.d.). Los evolucionistas no están seguros por qué los animales hibernan (vea Luis y Hudson, 2006). La manera en que funciona la hibernación todavía sigue siendo un misterio. Harder reportó para la revista Science News Online:
Los investigadores todavía no entienden cómo los animales que hibernan llegan al estado de letargo y cómo salen de él. Pero los nuevos estudios están quitando las capas superiores de ese misterio. En vez de sucumbir a la hipotermia, parece que los animales que hibernan la aprovechan. Los experimentos también revelan que los tejidos animales evitan el daño que viene producto de la inactividad y el flujo bajo de sangre, y sugieren que relativamente pocos genes están involucrados en el letargo y la hibernación. Esa es una señal prometedora para los investigadores que procuran controlar el proceso (2007).
La psicóloga Hannah V. Carey, de la Universidad de Wisconsin-Madison, añadió: “Estos animales realizan esto muy bien. Saben cómo usar la hipotermia para su beneficio” (citado en Harder). Los animales que hibernan son resistentes a la descomposición del tejido que mataría a otros animales si se exponen a temperaturas muy frías.
Por ejemplo, la ardilla de tierra del Ártico, hiberna más de medio año y adopta la temperatura corporal más baja jamás medida en un mamífero (“Arctic…”, 2006). Los investigadores de la Universidad de Alaska en Fairbanks han demostrado que la temperatura del cuerpo de la ardilla baja más del punto de congelación, una condición conocida como sobrefusión (“Arctic…”). Cada dos o tres semanas, mientras continúa en un estado de letargo, la ardilla que hiberna tiembla y se agita por 12 a 15 horas, calentando su cuerpo a 98 grados Fahrenheit (“Arctic…”).
Los investigadores esperan que, al provocar letargo, puedan reducir el peligro de ciertos procedimientos médicos tediosos, particularmente cuando involucra a pacientes humanos enfermos o heridos. Harder reportó que “los hallazgos recientes en los animales señalan el camino hacia los atajos médicos que puedan imitar efectos de letargo en la gente, aunque estas medidas exactamente no reproducen el estado biológico” (2007).
En el año 2005, “[a]l usar un químico natural que los humanos y otros animales producen en sus cuerpos, los científicos…por primera vez produjeron hibernación en mamíferos, haciendo que ratones llegaran a un estado similar de animación suspendida por seis oras y regresándolos a la vida normal” (Britt, 2005). Este logro, “la primera demostración de ‘hibernación por demanda’ en un mamífero, finalmente pudiera guiar a nuevas maneras de tratar el cáncer y prevenir daño o muerte a causa del insuficiente suministro de sangre a los órganos y tejidos” (“Buying Time…”, 2005). No se requirió que se congelara a los ratones. En cambio, “los roedores inhalaron aire añadido con sulfuro de hidrógeno, un químico producido naturalmente en los cuerpos de los humanos y otros animales. En minutos, dejaron de moverse y pronto sus funciones celulares alcanzaron la inactividad total” (Britt). Mark Roth, profesor afiliado de bioquímica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y líder de la investigación de los ratones, dijo: “Manipular este mecanismo metabólico para el beneficio clínico puede revolucionar potencialmente el tratamiento para muchas de las enfermedades humanas relacionadas a la isquemia, o daño al tejido vivo por falta de oxígeno” (citado en “Buying Time…”, 2005).
Los humanos han llegado a enfriarse automáticamente en algunas situaciones de emergencia, así que desarrollar procedimientos de letargo parece ser beneficioso (vea Britt). Las aplicaciones clínicas de hibernación metabólica inducida pudieran incluir el tratamiento de daño severo de pérdida de sangre, hipotermia, fiebre maligna, paro cardíaco y derrame cerebral (vea “Buying Time…”, 2005). El potencial de beneficios médicos también incluye mejorar el tratamiento de cáncer al permitir que los pacientes toleren dosis radiactivas más altas sin dañar los tejidos sanos (“Buying Time…”). Roth comentó: “Hoy en día en la mayoría de formas de tratamiento de cáncer estamos matando las células normales mucho antes que matemos las células tumorales. Al producir hibernación metabólica en los tejidos sanos a lo menos igualaríamos el campo de batalla” (citado en “Buying Time…”). La bióloga molecular Sandra Martin, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado en Aurora, admitió que tales aplicaciones “yacen lejos en el futuro” (citado en Harder, 2007).
Mientras los animales ya “saben” como usar la hipotermia para su beneficio, los científicos, los supuestos herederos de millones de años de desarrollo evolutivo, todavía deben entender el proceso de hibernación lo suficiente para controlarlo en los mamíferos que no hibernan y aprovechar las ventajas del letargo. El hombre continúa su búsqueda por encontrar y aplicar el diseño maravilloso de Dios. Sin embargo, a menudo, lo hace ignorando o negando la misma existencia del Diseñador (Romanos 1:19-22). ¿Abrirán sus ojos debido a los múltiples ejemplos de la bioimitación? Apologetics Press continúa con su compromiso de ofrecer cada oportunidad de ver la verdad del relato de Génesis y sus implicaciones masivas para la vida humana y el más allá espiritual.
REFERENCIAS
“Arctic Ground Squirrel” (2006), Denali National Park and Preserve, [En-línea], URL: http://www.nps.gov/dena/naturescience/arcticgroundsquirrel.htm.
Britt, Robert Roy (2005), “New Hibernation Technique Might Work on Humans”, LiveScience, [En-línea], URL: http://www.livescience.com/health/050421_hibernation.html.
“Buying Time Through ‘Hibernation on Demand’: Landmark Finding in Mice May Lead to New Approaches for Cancer and Trauma Care in Humans”, (2005), Fred Hutchison Cancer Research Center, [En-línea], URL: http://www.fhcrc.org/about/ne/news/2005/04/21/roth.html.
Fury, Amy (sine data), “Naturalist Notes: Birds in Winter”, Wolf Ridge Environmental Learning Center, [En-línea], URL: http://www.wolf-ridge.org/whats_hap/nat_note_archive/birds_in_ winter.html.
Harder, Ben (2007), “Perchance to Hibernate”, Science News Online, [En-línea], URL: http://www.sciencenews.org/articles/20070127/bob9.asp.
Luis, A.D. y P.J. Hudson (2006), “Hibernation Patterns in Mammals: a Role for Bacterial Growth?”, Functional Ecology, [En-línea], URL: http://www.blackwell-synergy.com/doi/abs/10.1111/j.1365-2435. 2006.01119.x.
Tyson, Peter (2000), “Secrets of Hibernation”, NOVA scienceNow, [En-línea], URL: http://www.pbs.org/wgbh/nova/satoyama/hibernation.html.
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