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Biogénesis—el Largo Alcance de la Ley

En la biología, una de las leyes de la ciencia usada más ampliamente es la Ley de la Biogénesis. El término “biogénesis” está compuesto de dos palabras—“bio”, que significa vida, y “génesis”, que significa principio. Por ende, esta ley aborda el principio de la vida. Y ésta simplemente declara que la vida viene solamente de la vida previa de su propio género. Nosotros vemos que esta ley se realiza cada día alrededor de todo el mundo. Todos sabemos que los gatitos vienen solamente de las gatas, las vacas producen solamente becerros, y los perritos vienen solamente de los perros. Un cerdo nunca engendra un caballo, y una oveja nunca produce una iguana.

Al pasar los años, la veracidad de esta ley ha sido documentada por miles de científicos, de los cuales uno de los más famosos fue Louis Pasteur. Su trabajo dio un golpe devastador a la noción de la generación espontánea (la idea de que la vida surge por sí misma de fuentes no-vivientes). En siglos anteriores, la idea de que la vida surgía de cosas no-vivientes era muy popular. La gente creía que una persona podía tomar algunos granos de trigo, envolverlos en un trapo viejo, ponerlos en una esquina de un granero, y producir ratones. Ellos también creían que la carne antigua dejada sobre la mesa de la cocina generaría larvas espontáneamente. Sin embargo, los profesores y maestros correctamente señalan hoy en día que Pasteur triunfó sobre esta “mitología” cuando desaprobó el concepto de la generación espontánea a través de sus experimentos científicos bien-diseñados. El evolucionista Martin Moe correctamente comentó que “un siglo de descubrimientos sensacionales en las ciencias biológicas nos han enseñado que la vida solamente surge de la vida” (1981, 89[11]:36, énfasis añadido). Incluso el eminente evolucionista George Gaylord Simpson y sus colegas observaron que “no existe duda seria de que la biogénesis es la regla, de que la vida viene solamente de otra vida, de que una célula, la unidad de la vida, es siempre y exclusivamente el producto o resultado de otra célula” (1965, p. 144, énfasis añadido). Aunque, con casi el mismo aliento, estos mismos profesores y maestros dicen a sus estudiantes que los químicos no-vivientes produjeron organismos vivientes en un tiempo en el pasado distante—es decir, que la generación espontánea ocurrió.

Lo cierto es que la evolución no pudo haber ocurrido sin alguna clase de generación espontánea. Por esta razón, muchos científicos han inventado experimentos que intenten crear vida de sustancias no-vivientes. Pero después de todos estos intentos, la vida no ha sido creada de algo no-viviente. Ahora, vamos a pensar críticamente por un momento. Si miles de científicos han diseñado experimentos cuidadosamente planeados para crear vida de algo no-viviente, y hasta la fecha han fallado miserablemente cada vez, ¿cómo se pudiera esperar creer que la naturaleza lo hiciera usando los accidentes, la casualidad, y las fuerzas ciegas? Por el contrario, sea en la naturaleza o en el laboratorio, ¡los científicos nunca han documentado un caso sencillo de generación espontánea! La vida viene de la vida previa de su propia clase, lo cual es exactamente lo que el modelo de la creación enseña. Para declararlo en las palabras de Génesis 1:24: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así”.

 

REFERENCIAS

Moe, Martin (1981), “Genes on Ice,” Science Digest, 89[11]:36,95, December.

Simpson, G.G., C.S. Pittendrigh, and L.H. Tiffany (1965), Life: An Introduction to Biology (New York: Harcourt, Brace, and World).


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