Autoridad, Fiabilidad y Verdad
¿Son realmente importantes las preguntas acerca de la fiabilidad de la Biblia? ¿Son tan serias que merecen la controversia en nuestro sitio Web regularmente? ¿No pudiéramos emplear nuestro tiempo en algún otro tema?
Es cierto que los cristianos tienen la responsabilidad de considerar muchos temas importantes. Los estudios concernientes a la adoración aceptable, servicio, evangelismo, organización de la iglesia, etc., son temas en los cuales el cristiano debe meditar frecuentemente. Sin embargo, al considerar que el entendimiento adecuado de estos temas (y muchos otros) yace básicamente en la autoridad de la Escritura, podemos concluir que los ataques a la veracidad de la Escritura no son un tema trivial. Los escépticos están muy conscientes del hecho que si pueden socavar la veracidad de la Biblia, entonces pueden socavar el mismo fundamento del cristianismo. Desafortunadamente, ya que tienen posiciones prominentes en escuelas públicas, universidades y medios de comunicación, los críticos de la Biblia han llegado a ser mucho más poderosos e influyentes en tiempos recientes, y ahora se les oye en el mundo entero a través de la radio, la televisión y el Internet.
En la edición de mayo/junio de 2006 de Biblical Archaelogy Review (Examen de la Arqueología Bíblica), Michael D. Coogan escribió un artículo titulado “Question Authority!” (“¡Cuestionen la Autoridad!”) en el cual enlazó el tema de la autoridad (o falta de esta) con la (in)consistencia de la Biblia.
“La Biblia dice” es a menudo considerado decisivo en debates contemporáneos acerca de tales temas como el aborto, el suicido asistido, el estatus de la mujer, las relaciones entre el mismo sexo, la pena de muerte y la guerra y la paz. El problema es que la Biblia a menudo es inconsistente… [L]a Biblia no habla con una sola voz.
El hecho que algo se escriba…en la Biblia…no significa que sea la única perspectiva posible o que incluso sea verdadero (2006, 32[3]:24, énfasis añadido).
¿Qué ejemplo dio el Profesor Coogan para “probar” su punto acerca de la inconsistencia y no-fiabilidad de la Biblia? Supuestamente, ya que la Biblia enseña que Dios “castiga a los hijos por los pecados de sus padres hasta la tercera y cuarta generación (Éxodo 20:5; Deuteronomio 5:9)”, pero también declara que “El hijo no llevará el pecado de su padre, ni el padre llevará el pecado del hijo” (Ezequiel 18:20; cf. Jeremías 31:30), entonces “la Biblia no habla con una sola voz”, sino es “inconsistente”. ¿Es esto correcto?
En realidad, la enseñanza bíblica sobre el pecado, el sufrimiento y las consecuencias del pecado, y sobre quién lleva la culpa del pecado es muy consistente. Desde que Adán y Eva comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal, el hombre ha sufrido las consecuencias del pecado. La gente sufre frecuentemente a causa de sus propios pecados (cf. 1 Pedro 4:15). Sin embargo, muchas veces el hombre sufre a causa de los pecados de sus antepasados (incluyendo padres, abuelos, bisabuelos, etc.). Hoy, algunos niños pueden sufrir porque su padre fue encarcelado por conducir borracho, y por ende no puede proveer el sustento para su familia. Una civilización hambrienta puede sufrir parcialmente porque sus antepasados establecieron un sistema de creencia en el cual se prohíbe comer animales como las vacas (ya que el animal puede ser un antepasado reencarnado).
Dios informó a los israelitas que el pecado de idolatría (y el fruto de tal pecado) es tan atroz y amargo que los hijos (incluso hasta la tercera y cuarta generación) sufrirían las consecuencias. Los hijos de los padres idólatras algunas veces sufrían la muerte ya que sus padres los sacrificaban a Baal (Jeremías 19:5). Otros, tales como aquellos que vivían durante el tiempo de los jueces, fueron afligidos una y otra vez con pobreza, enfermedad y esclavitud, ya que ellos, como sus padres, “dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot” (Jueces 2:13). Puede ser que incluso en Norteamérica, el remanente fiel sufra por la decisión de Dios de castigar a esta “nación temerosa de Dios” que actualmente le rechaza y se aferra al pecado a cada paso.
Pero, incluso cuando los descendientes inocentes pueden sufrir las consecuencias de los pecados de sus antepasados, ellos no “llevan la culpabilidad” de las acciones pecaminosas de sus antepasados (Ezequiel 18:20). Es decir, ellos no heredan los pecados de sus padres. La Biblia nunca sugiere que los niños son culpables de idolatría solo porque sus padres fueron idólatras. Los niños son inocentes, tanto que Jesús dijo, “de los tales es el reino de Dios” (Lucas 18:16). Finalmente, llevar la culpabilidad del pecado es completamente diferente a sufrir las consecuencias físicas de las acciones de otros.
En la conclusión de su artículo en Biblical Archaeology Review (Examen de la Arqueología Bíblica), Coogan escribió: “El hecho que algo se escriba…en la Biblia…no significa que sea la única perspectiva posible o que incluso sea verdadero” (2006, 32[3]:24, énfasis añadido). En realidad, el artículo de Coogan es el que carece de la verdad, y se debe cuestionar la autoridad de su artículo (¡no de la Biblia!).
REFERENCIAS
Coogan, Michael D. (2006), “Question Authority!” Biblical Archaeology Review, 32[3]:24, May/June.
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