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¿A Quién Estuvo Haciendo Referencia Mateo?

Después de reportar en su relato del evangelio en cuanto al suicidio de Judas y la adquisición del campo del alfarero, Mateo hizo referencia a los profetas como lo había hecho muchas veces antes del capítulo 27. Él escribió: “Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor” (27:9-10). Por siglos, los cristianos han contemplado este pasaje y los escépticos lo han criticado. Como un crítico moderno señaló, el supuesto problema con este pasaje es que “no es una referencia de Jeremías, sino una referencia errónea de Zacarías” (Wells, 2001). Los escépticos proponen que Mateo usó mal Zacarías 11:12-13, y luego equivocadamente atribuyó la referencia a Jeremías. Tristemente, incluso algunos cristianos han sostenido esta idea (vea Cukrowski, et.al., 2002, p. 40). ¿Qué se puede decir en cuanto a este tema?

Como en el caso de todas las supuestas contradicciones bíblicas, los críticos y escépticos deberían haber investigado más (i.e., estudiado con diligencia y usado correctamente la Escritura—2 Timoteo 2:15) antes de hacer la reclamación escandalosa que Mateo tergiversó las palabras del profeta. Tres consideraciones ayudan a clarificar la situación. Primero, note cuidadosamente que Mateo no dijo que Jeremías escribió esta profecía particular; en cambio, indicó que Jeremías dijo esta profecía. Así como las palabras que Pablo atribuyó a Jesús (Hechos 20:35—“Más bienaventurado es dar que recibir”) fueron algo que Jesús declaró verbalmente que nunca los escritores del evangelio registraron, puede ser que Jeremías una vez habló de la profecía en discusión, pero nunca hizo que Baruc, su amanuense, lo pusiera en forma escrita. Realmente, nadie debería esperar encontrar automáticamente un relato escrito de una profecía cuando un escritor del Nuevo Testamento lo menciona. Además, no debería sorprendernos si el Espíritu Santo consideró adecuado inspirar a Jeremías a hablar estas palabras, y luego unos pocos años después inspirar a Zacarías a registrar un sentimiento similar en forma escrita.

Segundo, en el tiempo de Jesús, la práctica rabínica implicaba identificar las referencias por el nombre del primer libro en un grupo de libros que habían sido reunidos por género literario. Al escribir en la publicación Bibliotheca Sacra más de medio siglo atrás, Charles Feinberg comentó sobre este punto, diciendo, “La tradición talmúdica [e.g., Baba Bathra 14b—DM/EL] muestra que según el orden de su lugar en los libros sagrados, los escritos proféticos eran Jeremías, Ezequiel, Isaías, etc. Se encuentra este orden en muchos MSS hebreos…. Mateo luego citó el pasaje del rollo de los profetas, cuyo rollo se hace referencia con el primer libro” (1945, p. 72). Adicionalmente, en todas las referencias de Zacarías en el Nuevo Testamento, nunca se menciona su nombre juntamente con las profecías (cf. Mateo 21:4; 26:31; Juan 12:14; 19:37). Por ende, es lógico concluir que Mateo simplemente hizo referencia a toda esta división del Antiguo Testamento al nombrar su primer libro (Jeremías), así como Jesús hizo referencia a una sección de los escritos del Antiguo Testamento con el nombre del primer libro, Salmos (Lucas 24:44). Jeremías pudo haber servido como una designación para las referencias a cualquiera de los libros incluidos. (Se encuentra otro ejemplo en Marcos 1:2-3 donde se une las referencias de Isaías 40:3 y Malaquías 3:1 y se las atribuyen a Isaías).

Tercero, y tal vez lo más importante, se debe considerar el contexto del Antiguo Testamento al establecer la manera en que el Nuevo Testamento usa al Antiguo Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento frecuentemente fueron guiados por el Espíritu Santo para acomodar el pensamiento de varios contextos del Antiguo Testamento en una aplicación singular. Mateo hizo referencia a una serie de detalles en el siguiente orden: las treinta piezas de plata (vs. 3); Judas arrojó la plata en el templo (vs. 5); los principales sacerdotes tomaron la plata y compraron el campo del alfarero (vs. 6-7); y se nombra el campo (vs. 8).

Luego Mateo registró una referencia del Antiguo Testamento (vs. 9-10). Note la comparación entre la manera de expresión de Mateo y las referencias del Antiguo Testamento:

Mateo

Zacarías

“tomaron las treinta piezas de plata”

“Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata”

“precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel”

“Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado!”

“And gave them for the potter’s field, as the Lord directed me”

“So I took the thirty pieces of silver and threw them into the house of the Lord for the potter.”

 

Jeremías

“Levántate y vete a casa del alfarero…y he aquí que él trabajaba sobre la rueda” (18:2-3).

“Ve y compra una vasija de barro del alfarero…y saldrás al valle del hijo de Hinom” (19:1-2).

“Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro” (19:11).

“ahora mi heredad, que está en Anatot….Y compré la heredad…y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata” (32:8-9).

La manera en que Mateo hace referencia a Zacarías es parafrástica, usando la redacción pero ajustándola para su audiencia. En Mateo, los principales judíos tomaron el dinero que Judas devolvió; En Zacarías, el profeta requirió el pago de la gente. En Mateo, Judas arrojó el dinero en el suelo ante los principales sacerdotes; en Zacarías, se le dijo al profeta que arrojara el dinero “al tesoro”, lo cual se logró al arrojarlo en la casa del Señor para el campo del alfarero. El énfasis mayor de Mateo es la adquisición del campo del alfarero. Zacarías no dice nada acerca del campo.

Cuando se lee detenidamente las páginas de Jeremías se ve la semejanza impactante, primero con la narración de Zacarías y luego con la narración de Mateo. La alusión de Zacarías al alfarero trae a la memoria las imágenes y simbolismo de Jeremías. Pero la alusión de Mateo al campo del alfarero trae a la memoria a Jeremías—no a Zacarías. Así que Mateo estuvo demostrando la guía primordial del Espíritu Santo, Quien estuvo combinando y resumiendo los elementos del simbolismo profético de Zacarías y Jeremías.

La acusación de desacuerdo aparente entre Mateo y Jeremías no capta la complejidad y sofisticación de la Mente principal que dirigió a Mateo en su escrito del texto sagrado. El que supone que los escritores de la Biblia erraron inevitablemente no puede explorar las profundidades del escrito inspirado para descubrir el ingenio y poder que reside allí.

 

REFERENCIAS

Cukrowski, Kenneth L., Mark W. Hamilton y James W. Thompson (2002), El Fuego Santo de Dios [God’s Holy Fire] (Abilene, TX: ACU Press).

Feinberg, Charles (1945), “Estudios Exegéticos en Zacarías” [“Exegetical Studies in Zechariah]”, Bibliotheca Sacra, 102:55-73, enero.

Wells, Steve (2001), La Biblia Anotada del Escéptico [Skeptic’s Annotated Bible], [En-línea], URL: http://www.Skepticsannotatedbible.com.


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